domingo, diciembre 20, 2009

Un articulo sobre El vuelo de la esfinge




Rosse Marie Caballero


Después de la tempestad viene la calma. Pasó la época electoral y aquí nos vemos, prestos a encarar un nuevo ciclo en la historia de nuestra Patria. Atrás quedará el 2009, como quedó el 2008. Al respecto, Homero Carvalho decía “El telón de fondo de El vuelo de la esfinge es el propio país y la enrarecida atmósfera política del año 2008, pero su autora va más allá de la realidad cotidiana, demostrando una particular sensibilidad por aquello que está velado por la escandalosa cotidianidad, repito: hace literatura”.

Y, desde Tarija, también el escritor Edgar Ávila echa su manito de comentario sobre esta novela: “A primera vista ‘El vuelo de la esfinge’, de Rosse Marie Caballero, no puede ser considerada una novela porque, ni estructural ni formalmente, se ajusta a los cánones del género y tampoco se ha valido de las innovaciones experimentales conocidas hasta hoy, salvo por la atmósfera onírica de la cual surge el relato, si se le puede llamar relato.

Y, sin embargo, este texto atrapa al lector que abandona su impresión inicial de estar leyendo solo sucesivas y acaso desordenadas estampas memoriosas, sensaciones y exhalaciones verbales subjetivizadas, aunque eso sí, envueltas en un lenguaje siempre poético y finamente reflexivo. Al final, y malgrado ciertas recurrencias líricas, queda en evidencia un lenguaje de cuyo fondo surge una trama narrativa difuminada y se perfilan sutilmente los personajes y sus dramas individuales.

Si la novela es un género híbrido abierto a todas las posibilidades verbales, que cada vez se aleja de los realismos planos, descriptivos o meramente anecdóticos, he aquí un trabajo que puede concitar el interés de la crítica. (…)”.

Así, el 2010, llegará, quizá, otro libro, otra historia, sea cuento, novela, drama o tragedia, en otr@ Bolivia, que dejará de ser la femenina para ser el macho, para ser el Estado, el Bolivia querido. El nombre masculino Estado Plurinacional de Bolivia se vislumbra, imponente (o impositor, que es lo mismo), sobre la sensual y desaparecida República de Bolivia.

miércoles, diciembre 16, 2009

Adolfo Cáceres Romero ganador del Premio Nacional de Novela "Marcelo Quiroga Santa Cruz" en su versión 2009






Y Premio Nacional de Novela es para ...

Camilo Albarracín Zelada

En horas de la mañana del día Martes 15 de diciembre, luego de una ardua deliberación, el jurado calificador del Premio Nacional de Novela "Marcelo Quiroga Santa Cruz" dio su veredicto final y por consenso unánime dictó el pseudónimo del ganador y posteriormente abrieron el sobre con sus datos personales.

Roberto Ágreda, jurado calificador y presidente de la Unión de Poetas y Escritores de Quillacollo, dijo: "en esta travesía maravillosa que es la lectura de las novelas, hemos bebido de obras eróticas, apasionantes, de contenido social e histórico hemos elegido a la mejor novela".

El Kipukamayu se nombró misteriosamente, dueño y principal difusor de los mensajes escritos en Kipus, (que son lanas de colores amarradas de tal forma que engloban un significado) de mucha importancia en el periodo precolombino. Aquel ser místico perdido en el tiempo llega a nuestro tiempo con una obra: "El Charanguista de Boquerón", obra ganadora del certamen. Una plica contenía los datos del autor.

"Es una obra bien escrita, bien estructurada de gran calidad con un lenguaje limpio y directo, altamente coloquial, es una obra bien realizada", explicó Celso Montaño, jurado calificador del concurso.

Jhonny Rivera, coordinador oficial del concurso, explicó que hay una enorme satisfacción para los organizadores, como gobierno Municipal de Cochabamba porque el jurado calificador ha coincidido plenamente en la obra ganadora, y reasaltó que es un evento que tiene un propósito de poder incentivar a la producción literaria dentro de nuestro país.

Montaño resaltó que es una obra de mucha relevancia histórica y social, porque significa que las nuevas generaciones podrán conocer con precisión la significación de la Guerra del Chaco, donde el soldado boliviano defendió la patria en contra de un ejército bien armado y mejor equipado.

Jeancarla Zabalaga de Quiroga, también jurado, mencionó que el evento contó con muy buenas novelas, y especialmente la novela ganadora, histórica, que hace revivir hechos históricos de la heroica contienda bélica del Chaco; y acotó que a pesar que existe mucha literatura sobre esta guerra, nunca es tarde para descubrir aspectos esclarecedores del acontecer nacional de la época.

Rivera mencionó que el premio único es de 18mil bolivianos, y luego procederán a la impresión de aproximadamente 500 ejemplares de la obra, dependiendo de los costos de la imprenta; luego de cumplir con ciertas normas administrativas que harían de la entrega oficial del premio a fines de este mes.


"Para mi fue un gran honor calificar un certamen tan importante y se nota que todos han esforzado mucho pusieron todo su empeño, hemos leído hoja tras hoja a pesar que ha sido un poco breve el tiempo que nos dieron, ya que son obras muy extensas, pero nos hemos esforzado", dijo Beatriz Bascopé de Aragón, jurado del concurso.

Kipukapamayu es el seudónimo de Adolfo Cáceres Romero, escritor nacido en Oruro, residente de Cochabamba, se constituye en el ganador del Premio Nacional de Novela "Marcelo Quiroga Santa Cruz" , en su versión 2009.

Entre su obra literaria encontramos novelas como La mansión de los elegidos y Las víctimas, y los libros de cuentos "Galar" que fue premio Municipal de Literatura 1967, "Copagira", "Los golpes", "La hora de los ángeles" y "Entre ángeles y golpes" que recibió el premio Municipal Franz Tamayo 1982.

"Es una obra que navega entre el realismo y la fantasía, se constituye en una alegoría contra la guerra, muestra en muchos casos paisajes reales. Es un homenaje a los excombatientes que no tuvieron un buen trato después del gran sacrificio que realizaron", mencionó el autor respecto a su obra premiada.

"La defensa de boquerón es hito en la historia, es fácilmente comparado con los héroes espartanos de las Termópilas; por eso me pareció bueno hacer un homenaje a este símbolo del valor boliviano", agregó Cáceres y , además acotó que "El Charanguero de Boquerón" es resultado de un trabajo arduo de aproximadamente tres años.


Cáceres Romero es además autor de la "Nueva historia de la literatura boliviana". La segunda edición de su "Diccionario de la literatura boliviana" apareció en 1997, y su "Manual práctico de redacción" lleva cuatro ediciones agotadas desde 1998.
Publicó las antologías "Poesía boliviana del siglo XX" (Edición bilingüe español-francés), "Poesía quechua en Bolivia" y "Poesía quechua del Tawantinsuyo".*



*Fuente de informacion : (Periodico Opinión,Cochabamba)

martes, diciembre 15, 2009

La polifonía en “Breve poesía desde Santa Cruz"

por: Haydee Nilda Vargas Guerrero



Ochenta y cinco voces de autores y autoras de diferentes regiones de Bolivia integran el coro poético de “Breve poesía desde Santa Cruz”, libro publicado el pasado 7 de agosto.

Esta polifonía poética constituye un testimonio de lo que se está creando en el país, especialmente en el oriente boliviano donde convergen, por diversas razones, habitantes de todas las latitudes de Bolivia.

“Breve poesía desde Santa Cruz” es el tercer volumen de la serie “Breve poesía cruceña I”, 1990 y “Breve poesía cruceña II”, 2005; libros que recrean lo fugaz, la síntesis de la experiencia diaria en sintonía con la filosofía de un colectivo pluricultural y el arte de vivir.

El discurso de los ochenta y cinco poetas suscribe temas de las dicotomías universales: amor-odio, vida-muerte, día-noche, pobreza- riqueza sin excluir la realidad social y política de Bolivia o el rescate de temas populares y citadinos.

Luis Andrade inicia el recorrido del libro con el juego de grafías en “Arthe poétika” y aspira a una comunicación hiperlingüística relacionando grafia y significado profundo en su poesía concreta “Constelación”. Gustavo Cárdenas logra un espacio lingüístico-estético en sus “Erratas de fe”: “Qué culpa tiene la “a”/ de ser el principio/ del amor y del adiós/ o el fin/ de la nada”. La poesía visual , simbiosis de la palabra y la imagen, en cambio, está representada por el poeta pintor Henry Flores.

La relevancia poética de “Breve poesía desde Santa Cruz” alcanza el clímax con el juego intrépido, sentencioso, a veces anecdótico de la mayoría de los autores. David Acebey en “Graffiti firmado por un esperma” afirma “Las cigüeñas no existen”; Blanca Elena Paz, en “Bloque II” sentencia: “Nada tuyo será mío/ que no sea tu nombre breve/ cuando lo devuelva el eco”. Sigue la misma tendencia Rosse Marie Caballero en “Hasta antes de nacer/ me llevaba bien/ con todo el mundo”.

Resultaría imposible reproducir las ochenta y cinco voces del coro. Sus versos comparten amores, tragedias e ironías del colectivo boliviano y universal. Las voces líricas cantan desde variados ámbitos: la oficina del empresario, desde el escritorio de un jubilado; los hay, también, quienes desnudan su alma en el camino, en la trinchera de la faena, donde se libra la batalla por el sustento diario.

En algunos se advierte la ruptura con la poesía nerudiana, dando paso a un lenguaje prosaico que se acerca a lo coloquial contemporáneo “intencionalmente”, tal es Fantoche de Rosario Arzabe: “Estoy al borde de la taradez/ me creo capaz de hacer el ridículo/ en nombre de su amor/ ./ Dormida,/ yo parecía más inteligente. Alejandra Barbery es más agresiva en “Poema 3”: “¡Ojalá!/ tu tristeza entienda/ que aquí no la queremos, que compre un boleto/ y sola se marche./ ¡Que se case!/ Nos cansa/ Nos colma de hastío. Una “Propuesta” peligrosamente sugerente lanza Paola Senseve: “Si me desabotonas la blusa…/ … puedes llevar una sorpresa./ Inténtalo/ y verás cómo entre mis pechos/ salen volando mariposas/ y caen sin remedio jazmines.

Además de los citados, Homero Carvalho, Oscar Barbery, Gary Daher, Humberto Quino figuran, en una reducción extrema de nombres, entre los poetas que hacen eco en el escenario nacional. Sin duda el trabajo desinteresado de los poetas Rolando Parejas, Blanca Elena Paz, Mario Alberto Herrera, Eugenio Verde-Ramo, Luis Andrade y Víctor Irusta en la selección de los poemas, es un valioso aporte a la literatura boliviana.

jueves, diciembre 10, 2009

Primera Prioridad: La Ley





Por Arturo von Vacano



Nadie puede negar que Bolivia es un país sin Ley en el que la impunidad para todos los delitos es un fenómeno tan cotidiano que a nadie sorprende ya ningún acto de barbarie: la niñez boliviana es víctima de atroces violaciones y crímenes, los masacradores y genocidas viven todavía en el Legislativo y los ladrones de guante blanco y negro cometen sus tropelías sin temer castigo ni represalia alguna. Un país sin Ley es vivienda de una horda, no de una sociedad civilizada, porque sin Ley la civilización no es posible.

Por ello es necesario recordar una vez más que los cambios que Bolivia necesita con tan urgente angustia no pueden ser sólo obra de Evo, del MAS ni de ningún otro grupo casi organizado como la policía y el ejército, sino de la mitad de los bolivianos más uno. Cuando una mayoría de los ciudadanos aprenda que la defensa de la Ley es obligación diaria de todos y cada uno, cuando se haya acostumbrado a imponerla en el hogar y la calle mediante palabras y actos decididos, los cambios que todos anhelamos serán posibles, pero no antes.

Por ello, la primera tarea de un régimen cuya autoridad es certificada por dos de cada tres ciudadanos es la de crear e imponer una Ley que merezca ser vista así, como Ley, y no como decreto, edicto ni apenas un trozo de papel, sino como una regla de conducta por la que es a veces necesario arriesgar la vida para preservarla.

Tras cincuenta años de dictaduras militares y sátrapas civiles, el pueblo boliviano es víctima de una desconfianza, una anomia y un desaliento que son harto evidentes y se traducen en un cinismo cívico y una abundancia de delitos y crímenes que pone en riesgo cada vida humana en todo lugar y a cada hora. Es fácil explicar esta actitud, la pérdida de respeto por los demás y la tendencia de hacerse de comodidades por las buenas o por las malas.

No sólo el racismo tiene la culpa de la poca consideración que siente cada boliviano por sus compatriotas; también la experiencia de que no es posible vivir ni comer bien sin robar, mentir, sobornar o, si el caso se da, asesinar sin vacilaciones es una actitud que nace en ese tóxico medio siglo creado por dictadores y sátrapas. No sólo robaron todo lo que pudieron sino que mataron la esperanza entre nuestro pueblo. Antes de 2005, Bolivia era noche cerrada sin esperanza alguna. La vida se redujo a una competencia desleal e inhumana. La fuerza bruta de las armas y del dinero lo corrompió todo. Décadas del mismo régimen encabezado por diferentes delincuentes hicieron posible las legiones de delincuentes que destruyeron la idea de que es posible vivir con honradez y prosperar con sano esfuerzo. Es decir, impusieron como única la ley de la bestia.

Tales realidades, si los bolivianos lograran recordarlas ahora que se han conquistado una nueva oportunidad, señalan claramente las virtudes que debe tener la Ley que debe crearse ahora con extrema urgencia.

Debe ser una Ley que merezca el respeto del más cínico de los ciudadanos. Una Ley que obligue a fanáticos de todo tipo a aceptar su vigencia y su valor. Debe honrar a la Justicia. Debe ser una Ley veloz en el castigo pero clara y simple en su expresión. Y debe ser dura y contundente. Esto es, debe ser exactamente lo contrario de la feroz asquerosidad que hoy entendemos por “justicia” y sus sacerdotes, los jueces y los abogados que maman a su pueblo en lugar de servirlo.

Este observador no vacila en proponer el retorno de la pena de muerte como parte de esa nueva Ley. Bolivia eliminó ese castigo para aparecer como civilizada ante el mundo cuando en verdad no lo es. La muerte se aplica de modo cotidiano, cada día del año, a los inocentes y los humildes. Es una muerte que no sólo se origina en toda violencia sino también en el robo y la codicia sin freno. En el hambre sembrada por quienes no saben qué hacerse de sus mal habidos millones. En el tráfico de medicinas falsificadas y vendidas sin control alguno a precios de usura. En la muda tragedia de las niñas violadas por energúmenos ignorantes. En el empresario que contrata dos obreros obedeciendo las regulaciones y cien forzándolos a elegir entre el hambre y la renuncia “voluntaria” a sus derechos laborales. El hambre mata, sino hoy mismo, tras años de males y debilidades creadas por esta enfermedad. Quien la causa y la crea para retirarse a vivir en Miami es un criminal y, pues que da la muerte, merece la muerte. Sólo la ignorancia de los inocentes les hace creer que la muerte causada por una metralleta es punible mientras que la que sigue a la miseria y el despojo es digna de perdón.

(Es de esperar que Evo no cometa el error de Mandela y su gente en África del Sur, donde se intentó reemplazar a la Justicia con una serie de tribunales de chiste en que los criminales confesaron sus delitos a cambio de su impunidad: hoy Sudáfrica es una de las sociedad más violentas, corruptas y sufridas del mundo: la violación de sus mujeres hace imposible la presencia de vírgenes, no de 15 años, sino de 12. Su nuevo presidente es un criminal simpático cuyos crímenes no son negados por nadie. Es que nada puede reemplazar a la Justicia y la Ley entre los hombres.)

Uno de los grandes monumentos a la basura intelectual universal debe ser la colección de “constituciones” y códigos que han dado de comer a nuestros jueces y abogados durante 200 años. Esa basura es tal que creó e hizo posible ese sector de la sociedad boliviana que hizo de Bolivia una monstruosidad social de singular ferocidad. Para demostrarlo será necesario apenas el aplicarles el dicho muy popular de que “por sus obras los conocerás”. La Bolivia anterior a 2005 es obra de esas “constituciones” y de esos códigos que deben quemarse a la brevedad posible. Una “ley” que hizo un país como lo que Bolivia fue entre 1825 y 2005 es una vergüenza para la raza humana. Afirma en sucio papel lo que niega en los hechos. Existe para permitir todo delito y castiga uno solo, el de ser pobre y humilde. Tan pronto destruyamos semejante “ley” podremos buscar con mejor derecho nuestra dignidad humana.

Más difícil será eliminar ese segmento social que se sirve de la “ley” corrupta para “mejorar su suerte”. Que es un segmento corrupto es evidente: nadie mejor que tales jueces y abogados sabe cuán profunda y cruel es la corrupción de esa “ley” que les ha servido para vivir muy bien. Que es fácil demostrarlo es indudable: inviten ustedes a cualquier ciudadano a presentarnos un juez o un abogado (un puñado sólo) conocido por su corrección y su honradez. Si tal hombre existe es porque ya no es juez ni abogado. Si, suena cómico, pero sólo porque somos incapaces de imaginar todas las tragedias, abusos y crímenes silenciosos cometidos por esta legión delincuente durante 200 años.

Sólo hay una esperanza para reemplazar a tales jueces y picapleitos: una Ley sencilla y clara en manos de hombres y mujeres conocidos y elegidos por su pueblo para interpretarla y aplicarla. Es indudable que otra virtud habrán de tener tales defensores de la Ley: la juventud. Sólo entre los jóvenes puede darse el idealismo y un espíritu de sacrificio que hoy parece brillar por su ausencia pero aparecerá cuando la esperanza retorne entre nosotros. Sólo los ignorantes y los idiotas prefieren vivir bajo la ignorante idiotez del Bombón y sus secuaces. Son pocos, es verdad, y serán cada vez menos a medida que la fe en la nueva Ley vaya creciendo entre grandes esfuerzos.

Quienes miraron con cuidado durante los últimos cuatro años a la política boliviana habrán visto sin duda la presencia de varios jóvenes que han sabido usar la “ley” corrupta con buenos fines. Cuando sirvan la Ley que debe crearse con urgencia, ¿qué milagros no lograrán?

Pero si nuestra nueva Ley tarda en aparecer o no aparece nunca, habremos sembrado en el mar una vez más. Ni satélites ni bonos ni granizadas de palabras pueden reemplazar esa ausencia. Cuando Bolivia sea gobernada por sabias leyes y no por individuos sabremos finalmente que hemos creado un país digno de sobrevivir. Hasta entonces, vivimos y sufrimos entre salvajes.

miércoles, diciembre 09, 2009

La promesa dorada : Novela de Mario Kisen Brieger





El secreto de una plausible transformación social en una Bolivia históricamente conflictiva palpita a lo largo de las páginas de esta novela. En el centro de esa fascinante trama se encuentran jóvenes altruistas ―uno de ellos miembro de una misteriosa organización―, quienes rastrean una riqueza aurífera desconocida por... los habitantes. La confabulación para impedir tal misión, sin embargo, se revela dirigida por un poderoso banquero suizo, líderes políticos extranjeros y nacionales y la más alta jerarquía de la Iglesia Católica.
Con gran tino para la puesta en escena de esa enmarañada red de intereses internacionales, el poderoso teclado de Mario Kisen logra poner en suspenso la posibilidad de un cambio social al mejor estilo de un film de acción, combinado con las intrigas de poder.
Muy bien escrita y de una contemporaneidad pasmosa, estamos seguros que La promesa dorada se convertirá en uno de los libros de velador más apetecidos.

Los editores.

martes, diciembre 08, 2009

Café Soledad : Novela de Anuor Aguilar





Café Soledad es la historia de dos periodistas trotamundos que se encuentran en Sucre, en un contexto político candente, y a través de sus relatos revelan la vida de otros, jóvenes que emigraron y experimentaron momentos de profunda desprotección, cuando ni el estado ni el propio ser humano es garantía de nada.
En poco más de 200 páginas, la novela Café Soledad ofrece un fresco muy verosímil de la ciudad de Sucre, de sus secretas calles, pero sobre todo, le toma el pulso a un país en plena transformación política.


Fuente de la informacion : (Editorial La Hoguera)
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