jueves, abril 21, 2011

«Lo que bajé en la escala social me subió en lo humano»



Por Victor Colomer



Jorge Nazra, modelo y escritor boliviano

«Lo que bajé en la escala social

me subió en lo humano»

1/10/2003

Desfila en pasarela y posa para fotógrafos, pero también escribe teatro por lo que ha recibido varios premios como dramaturgo en su país, Bolivia. Además, practica la fé Bahá'í y estos días presenta textos sobre Mujeres del Mundo en esa exposición de Sant Quirze del Vallès.

Nacido de buena familia en Santa Cruz de la Sierra, Jorge Nazra Torrico, 29, abandonó su confortable hogar en Bolivia para probar la aventura española. Tras una época en Madrid, ha trasladado su residencia a Sant Quirze.





-¿Cómo se puede ser modelo y dramaturgo a la vez?

-Suena extraño, lo sé. Incluso en los primeros concursos de ensayo y novela firmaba con seudónimo para que los jurados no me reconocieran.

-¿Tan famoso es usted en Bolivia?

-Soy bastante conocido como actor y modelo de pasarela. A pesar de ello conseguí un par de premios en ensayo y teatro.

-¿Cómo se supera esa esquizofrenia?

-Luchando contra los prejuicios. Ni todos los modelos son tontos ni todos los intelectuales inteligentes.

-¿Vivimos en el prejuicios?

-Claro. A mi aquí en España me dicen mucho que todos los sudamericanos hablamos dulce y somos amables. Tampoco es cierto. Como tampoco todos los europeos son fríos.

-¿Eso decís en Bolivia de nosotros?

-Sí y tambien es falso. Yo pillé aquí gente supercálida. Pero quien lo dice son españoles que han viajado poco.

-¿Qué escribe?

-Tengo tres estilos: comedia costumbrista con dichos guaraní y quechua, tragedia en castellano neutro, y temas de fondo.

-¿Para transmitir qué?

-Que detrás de cada cara hay una persona. Nadie es bueno ni malo y todas las dificultades son bendiciones disfrazadas

-¿Me repite eso, por favor?

-Todas las dificultades son bendiciones disfrazadas.

-¿Lo ha experimentado?

-Sí. Mire, en Bolivia los camareros, limpiadores, etc. son mestizos, gente oscura. Por tanto yo no lo haría jamás.

-Y aquí ha tenido que hacerlo.

-Pues sí. En Madrid trabajé un año de modelo, pero como tardan tres meses en pagar, me vi sin dinero y trabajé de camarero.

-Como la gente oscura.

-Ahí estaba yo, en las colas de trabajo con ecuatorianos y todos los morenitos de mi país. Fue muy duro que te ordenen, que te digan.

-¿Humillante?

-Triste. Comprobé que en mi vida no me habían preparado para esas cosas. Sobre todo porque con una sola llamada podía volver al confort de mi hogar en Santa Cruz y trabajar en teatro o televisión.

-¿Qué le retuvo?

-Algo extraño porque empecé para una semana y me quedé seis meses sirviendo copas en una discoteca. Ahí aprendí humildad, disciplina y organización. Lo que parecía bajar en la escala social fue lo que me subió en lo humano.

-A eso le llaman crecimiento personal.

-Efectivamente me sentí crecer. Conviví con muchas personas con problemas, rusos, sudamericanos, marroquís...

-¿Pero por qué había venido a España exactamente?

-Yo estaba tranquilo y contento en mi país trabajando en teatro y moda. Pero una agencia española hizo un cásting en Bolivia buscando caras nuevas para pasarela y publicidad y nos trajeron a cinco bolivianos. De eso hace tres años y los demás ya regresaron, pero yo me fui quedando y aquí estoy.

-¿Valió la pena?

-Fue lo mejor que pude haber hecho en mi vida. Y ya luego en Barcelona conecté con el mundo editorial y empecé a escribir de nuevo.

-Incluídos los textos de este libro donde afirma que las mujeres sufren injusticia silenciosa.

-Mi madre es una excelente ama de casa, pero ya eso la sitúa en una situación injusta. En mi país la mujer, en cuanto se casa, retrocede. Envejecen rapidísimo.

-¿Cómo solucionamos eso?

-Tal como dice la fé Bahá'í: dando dos alas a la humanidad para que eche a volar. Un ala es el hombre y la otra la mujer.

-¿Cómo se vino de Madrid a Barcelona?

-Conocí a una persona de Sant Quirze, también de la fé Bahá'í, y vivo con su familia. Me honra muchísimo que confíen en mi trabajo como escritor.

-¿Se convirtió en España?

-Ya yo en Bolivia alfabetizaba niños en barrios pobrísimos y educaba a maleantes y drogadictos en programas Bahá'í.

-¿Es eso su book?

-Son fotos para publicidad y catálogos de moda.

-En esta foto parece una mujer.

-Es la moda. Ahora los fotografos buscan la ambigüedad.

-¿Es usted gay?

-No.

Sólo ambiguo

1 Comments:

Blogger alejandra barbery said...

Felicidades Jorgiño!

9:12 a.m.  

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