lunes, abril 30, 2012

VÍCTOR MONTOYA ; “La literatura infantil va en botas de siete leguas”


Por Samdra Arias

“Los niños tienen derecho a contar con una literatura que no tenga afán didáctico, sino que más bien estimule su fantasía y su actividad lúdica”, es el cimiento del ensayo “Literatura Infantil - Lenguaje y Fantasía”, del escritor boliviano Víctor Montoya, reeditado este mes por Kipus.Editado por primera vez en 2003, del ensayo destacan las investigaciones rigurosas realizadas sobre el tema y la capacidad analítica del autor de una obra considerada fundamental en el ámbito de la literatura infantil y juvenil.En la contratapa del libro se lee: “Desde mucho antes de que se inventaran la tinta y el papel, los niños y jóvenes se apoderaron de los cuentos sencillos de la tradición oral (…) hasta que éstos empezaron a transcribirse en libros profusamente ilustrados. Así es como la literatura infantil y juvenil, tras haber sido la Cenicienta de la literatura universal, pasó a convertirse en la princesa que hoy acapara la atención de los lectores (…)”.El libro aborda aspectos del psicoanálisis de los cuentos de hadas, el desarrollo idiomático de los niños, el poder de la fantasía como medio de liberación de las ataduras emocionales, la trascendencia de las narraciones provenientes de la tradición oral, el lenguaje simbólico en los cuentos populares, la identificación de los niños con los superhéroes y la importancia de las ilustraciones, entre otrosMontoya confiesa no haber escrito jamás un solo libro destinado a los niños “porque no es fácil meterles gato por liebre” y se considera un estudioso apasionado del tema. En esta entrevista realizada por correo electrónico, pues el autor vive en Suecia, Montoya habla de sus motivaciones para escribir el ensayo, el avance del género, la ruptura con lo meramente didáctico, las temáticas, el aporte de las escritoras a la producción nacional y también hace un perfil ideal sobre cómo debería ser el adulto que induzca a los niños a la lectura.

Lecturas (L): Dentro de su obra no existe ningún titulo dedicado a los niños. ¿Qué le motivó a escribir un libro teórico sobre literatura infantil?
Víctor Montoya (VM): Es verdad, nunca he escrito un solo libro dedicado a los niños, porque considero que se trata de un arte complejo, que requiere varios recursos literarios para ser auténtico y atrapar la atención de los niños. Es justamente este aspecto el que me motivó a escribir este libro teórico, en el cual intento explicar que la literatura infantil es una literatura con mayúsculas como la literatura destinada a los lectores adultos.No se puede elaborar cualquier mamotreto a nombre de literatura infantil, como si los libros destinados a los niños fuesen el vertedero de todo lo peor y como si los escritores que se dedican a cultivar este tipo de literatura fuesen una suerte de “escritores fracasados”. Lo que yo intento con el libro es cambiar la opinión equivocada que se tiene en torno a la literatura infantil que, durante mucho tiempo, no fue reconocida como tal, no sólo debido a factores socioeconómicos, sino también debido a que los sistemas educativos privilegiaron siempre los libros de texto, cuya principal función es impartir conocimientos en las escuelas, y no los libros que estimulaban la fantasía y la creatividad de los niños.

L: Su libro es una reedición pues la obra fue publicada en 2003, ¿cuánto cambió el panorama de la literatura infantil desde entonces?
VM: Desde entonces, ha avanzado a pasos agigantados, como con las botas de siete leguas de Pulgarcito. Hoy se ve una mayor producción y se cuenta con un par de editoriales especializadas en este campo. Se organizan ferias de libros infantiles y se estimula mejor a los escritores e ilustradores que dedican su tiempo y talento a la creación de obras destinadas a los pequeños lectores.

L: En la contratapa del libro dice que la literatura infanto-juvenil fue la Cenicienta de las letras ¿A qué se debe esa afirmación?

VM: Nada más cierto que esa afirmación. Efectivamente, durante mucho tiempo y a espaldas del deseo de los niños, la literatura infantil fue considerada la Cenicienta de las letras. En cambio hoy, gracias a los avances en las ciencias humanas y las investigaciones psicopedagógicas, esta misma Cenicienta se ha convertido en la princesa de las letras, con una enorme cantidad de ofertas bibliográficas que atraen la atención tanto por su forma como por su contenido. Tenemos, por ejemplo, los libros-álbum para los más pequeños, con maravillosas ilustraciones y formatos que son verdaderas joyas de arte.
L: ¿Existe algún autor nacional contemporáneo cuya obra haya salido de los límites nacionales?

VM: No existe sólo uno, sino varios. Se puede aseverar que la producción nacional de literatura infantil, que está viviendo su época dorada, cuenta con excelentes exponentes, sobre todo mujeres, que han dado muestras de que sus obras pueden ser leídas tanto dentro como fuera del país. Prefiero no dar nombres para evitar cualquier susceptibilidad.
L: ¿Hay alguna tendencia en la temática actual?

VM: Predominan los libros inspirados en la temática nacional y la tradición oral. No faltan los que tratan temas fantásticos, de terror y los siempre apreciados temas sobre espanto y aparecidos. Lo importante es que los escritores contemporáneos de la literatura infantil y juvenil se apartaron, de una vez y para siempre, de la literatura didactista que tenía el propósito de enseñar a los niños y jóvenes conductas de buen comportamiento ético y moral de manera machacona y a rajatabla, olvidándose que éstos estaban ya cansados con las lecturas de los libros de texto, que les encajaban sus educadores para cumplir con el programa escolar.

L: Así como existe una literatura latinoamericana, evidenciada con el boom de los años 60, y puesto que compartimos una historia común, un mismo idioma, condiciones socio-económicas similares y otros elementos comunes, ¿se podría hablar de una literatura infanto-juvenil latinoamericana?

VM: Desde luego que sí. En nuestro continente se dio el mestizaje étnico y cultural no sólo en lo social, sino también en la conformación de las fábulas, mitos y leyendas. Esto se refleja en las creaciones de la tradición oral mediante rasgos pertenecientes a las tres raíces culturales que son la columna vertebral de los países latinoamericanos: la indígena, la europea y la africana. De ahí que no es casual que un niño centroamericano guste del mismo cuento que un niño del altiplano, aunque vivan en zonas geográficas diferentes. Creo que el valor universal de los cuentos bien contados radica en que éstos manejen recursos lingüísticos y emocionales que les permiten traspasar fronteras, como sucede con las manifestaciones pertenecientes a la culturas populares que son de carácter anónimo y transmitidas oralmente de generación en generación.
L: ¿Ve apoyo de las editoriales?

VM: En los últimos tiempos, han asumido un mayor respeto por la labor de los escritores e ilustradores de literatura infantil. Han descubierto que éste es un sector en el cual se puede invertir, con la esperanza de recuperar al menos lo invertido. La demanda es tan grande y la oferta no se hace esperar.

L: ¿A qué cree que se deba que en Bolivia recién este año se haya instituido un premio nacional de literatura infantil?
VM: Al subdesarrollo socioeconómico del país y a la falta de mejores políticas culturales. No contamos con una infraestructura que nos permita proyectar mejor la producción literaria nacional. Las ferias de libros y los concursos están impulsados y auspiciados por iniciativas de empresas privadas, cuando en realidad debían ser patrocinados por el Estado, cuya obligación es velar por el desarrollo de la cultural y la educación, dos pilares fundamentales sobre los cuales se asienta el futuro de una nación.Además, en Bolivia recién se está tomando conciencia de que los niños tienen derechos ciudadanos y que uno de esos derechos es el acceso a una literatura que contribuya a su desarrollo emocional, lingüístico e intelectual.

L: Usted vive fuera del país, pero hace un seguimiento estrecho de lo que sucede ¿Cree que el sistema educativo nacional rescata la producción literaria boliviana?
VM: Sí, pienso que después de la penúltima reforma educativa, que revalorizó la producción literaria infantil en Bolivia, los educadores han asumido con mayor seriedad la importancia que tiene la literatura infantil en el ámbito del sistema educativo; es más, si antes usaban en las escuelas, como materiales de apoyo en el proceso de enseñanza, textos plagados de referentes foráneos: castillos, príncipes encantados, hadas, doncellas, dragones, etc., ahora están usando libros de autores nacionales que, de un modo o de otro, retratan el acervo cultural de un país multifacético, pluricultural y multilingüe como el nuestro.
L: En la región ¿qué países destacan en calidad literaria, en este género?

VM: Los que despuntan con su producción siguen siendo Argentina, Uruguay y Colombia. Abrigo las esperanzas en que Bolivia pueda acomodarse al nivel de ellos en los próximos años.

L: Ya que debe ser un adulto el que acerque y estimule la lectura en los niños, ¿cómo describe idealmente al adulto mediador entre los niños y la lectura?

VM: Me lo imagino como a un adulto que posee alma de niño. El adulto que se acerque al mundo de los niños debe zambullirse en el pensamiento y sentimiento de los niños, ser como uno más de ellos. Debe despojarse de su sentido de autoridad, su ropaje de adulto y de su pensamiento racional, para ascender al nivel intelectual de los niños y acceder a ese maravilloso jardín, hecho de ilusiones y de sueños, donde los niños viven su realidad a merced de la fantasía; de lo contrario, el adulto que quiera estimular la lectura de los niños con gritos, severidad y amenazas, corre el riesgo de parecerse a los adultos contemplados por el Principito en la obra de Antoine de Saint- Exupèry

domingo, abril 29, 2012

HYPERREALIDAD: El Evangelio de las Profundidades Premio Nacional de Literatura Santa Cruz 2011



"Las novedades más llamativas del certamen la protagonizan Ronald Alfredo Rodríguez Gonzales, de 36 años que ganó en la categoría Novela con su obra Hyperrealidad: el evangelio de las profundidades. Ronald Alfredo Rodríguez señaló que su novela ganadora pertenece a una trilogía de ciencia ficción que empezó a escribir hace 10 años. “No publiqué antes por el celo y para evitar la decepción, consideraba que mis ideas no estaban acordes con las corrientes temáticas y de género que se producen en Bolivia”, afirmó el especialista en Derecho Tributario, residente en Cochabamba. “Antes se premiaba a los mismos de siempre, ya no miremos el pasado costumbrista, hay que estar a la altura de nuestros tiempos”. Deheza definió la novela ganadora como “maravillosa”. “Me voló la imaginación”, dijo. “Se nota que el escritor es un adicto digital y un amante del rock. Además, es sorprendente como traslada al lector desde la avenida Cañoto, pasando por lugares tecnológicos insospechados para llegar a otro planeta”. Ronald Alfredo Rodríguez Ganador en la categoría Novela. Es abogado. Escribe desde los 12 años. “Siempre sobre ciencia ficción y fantasías”, especificó. “A los 19 escribí una novela, aún inédita y desde entonces no he parado, es una catarsis”, añadió. Hyperrealidad: el evangelio de las profundidades es una novela cyberpunk, un subgénero de la ciencia ficción, conocido por sus alusiones a la alta tecnología y porque la acción se desarrolla en los paisajes artificiales de las grandes metrópolis. “Mi obra tiene muchas referencias a la música y al ocultismo. Pertenece a una trilogía inédita. Es fruto de 10 años de trabajo”, explica Rodríguez. Entre los autores que influyeron en la obra de Ronald Alfredo están Umberto Eco, Arturo Pérez Reverte, Arthur C. Clarke, Philip K. Dick y William Gibson. Ronald Alfredo toca la guitarra en grupos de heavy metal y hardcore."

Fuente de la informacion : "Periodico El Deber/Santa Cruz de la sierra"

miércoles, abril 25, 2012

Diccionario Cultural Boliviano: ELVIS VARGAS GUERRERO



VARGAS GUERRERO, Elvis (Igüembe, Chaco, Bolivia, 1968).- Novelista.
Radicado en La Paz, fue dirigente estudiantil y activista político.
Humberto Quino Márquez en breve apunte sobre Hasta el fin del mundo, dijo: “Esta prosa de vigilia halla su fuente sustancial en una conciencia escindida, donde la memoria es un cuchillo que nos devuelve al vacío de nuestro ser”.
Elvis Vargas, explica su relación con las letras: “La literatura, para mí, es una casualidad. No nací escritor sino que en edad adulta me vi obligado a tomar la pluma para salvarme del anquilosamiento mental y físico a la que mi vida inexorablemente me iba llevando. Desde aquel momento, no he hecho otra cosa que acomodar mis recuerdos (reinventarlos) en historias que a unos les parecen divertidas y a otros no. Por lo tanto mis relatos están apartados del academicismo tan ponderado en esta época. Son narraciones lineales, llenas de acción, cuya única ambición es la de entretener al lector e intentar transmitir situaciones, emociones y acciones que alguna vez tuve”.


LIBROS
Novela: Hasta el fin del mundo (1999); Los fantasmas del abandono (2003).
Cuento: Trabajos forzados (coautor, 2000).


Ref.- H. Quino, contratapa de Hasta el fin del mundo, 1999; E. Vargas, en Trabajos Forzados, 13 Escaparate cultural, 2-2004, 71




COPYRIGHT: Elías Blanco Mamani

martes, abril 24, 2012

Diccionario Cultural Boliviano : HOMERO CARVALHO OLIVA



CARVALHO OLIVA, Homero (Santa Ana de Yacuma, Beni, Bolivia, 1957).- Poeta, novelista y cuentista. Radicó en La Paz y estudió sociología en la Universidad Mayor de San Andrés. Director de la Biblioteca del Congreso de la Nación. Ganó un premio del Instituto latinoamericano de Escritores (1989). Oficial Mayor de Cultura de la Alcaldía de La Paz (1991-1993). Ganador de varios premios literarios. Uno de los más significativos intelectuales orientales del siglo XX y con vistas al siglo XXI. Ana Rebeca Prada comentó una de las cualidades del autor: "La sólida capacidad para abarcar diferentes realidades que le preocupan y el intento logrado de manejar estructuras narrativas que maximizan el efecto, incluye la cuentística de Carvalho en el espacio literario que se inscribe en las profundidades de nuestra realidad política y social". Por su lado Pedro Shimose lo valora en los siguientes términos: “Autor de siete libros de cuentos y siete novelas, su mirada poética planea sobre territorios legendarios, fundados en la memoria de los pueblos indígenas del Oriente boliviano; penetra en la realidad cotidiana (abre puertas secretas, misteriosas, a través de los cuales inspecciona cosas y paisajes) y se posa en cuerpos desnudos de mujeres imaginadas entre la vigilia y el éxtasis. Poesía conversacional, nada alambicada, roza, en algunas ocasiones, la fórmula aforística y epigramática. Fabulador prodigioso, Homero navega en la ceguera de Borges, el jardín lúdico de Cortazar y, a veces, en las crónicas indigenistas de Ernesto Cardenal…”. Su poemario Cuerpos, contiene entre otros el siguiente texto: "En el centro del fuego me fue dado conocer / que el deseo y el crimen son gemelos / así puede -al fin- comprender / que el tuyo, es el cuerpo de mi delito".
LIBROS Poesía: El rey ilusión (1984); Cuerpos (1995); Los reinos dorados (2007). Novela: Memoria de los espejos (1996), El Espíritu de las cosas (2001); Santo vituperio (2003); La ciudad de los inmortales (2005); El tesoro de las guerras (2007); La maquinaria de los secretos (2009); La conspiración de los viejos (2011). Cuento: Biografía de un otoño (1983); Los cuentos del gallo nigüento (1986); Seres de palabras (1991); Territorios invadidos (1993); Deseo de belleza (1993); Historia de ángeles y arcángeles (1995); Ajuste de cuentos (1999); Cuento súbito (2004); Cuentos completos 1980-2005 (2006); Cuentos escogidos (2009). Antologías: El dinosaurio (2008); Taller del cuento nuevo (compilación, 1985); Bajo la sombra del tajibo (antología, 2000); Los nuestro. 200 años de poesía cruceña (2010).


Ref.- H. Antezana, "La narrativa de H.C.", PL, 20.06.1993, 3; A.R. Prada, "Biografía de un otoño", Hipótesis, 20-21,

lunes, abril 23, 2012

Christian Kanahuaty : 'La burocracia es una gran red que atrapa a todos'

 
Titulado en Ciencias Políticas, y autor de dos novelas. En 2011, Christian Kanahuaty (29), aceptó trabajar como funcionario público para pasar del discurso a la práctica. Ahora cuenta su experiencia.
Domingo, 22 de Abril, 2012
-La-burocracia-es-una-gran-red-que-atrapa-a-todos-
Fueron meses agitados los que vivió Christian Kanahuaty el verano paceño del año pasado, cuando siendo un recién llegado asomaba a la sede de gobierno con una abultada maleta cargada de un título en Ciencias Políticas, un currículo extenso de investigaciones sociales, e "Invierno", su primera novela publicada por Editorial Correveidile en 2010. Asumía un doble desafío, desprenderse de la verde humedad del valle cochabambino, y pasar de la crítica a la propuesta con su nuevo trabajo en el Ministerio de Culturas.

Senderos que se bifurcan Acostumbrarse a La Paz fue mucho más sencillo de lo que esperaba: "¿Qué te puedo decir? Uno siempre sueña en irse, en vivir en otro país y estudiar en una universidad del extranjero. Porque de alguna manera piensa que la vida está en otra parte y eso es puro cuento. La vida está donde te sientas feliz, tranquilo y puedes hacer las cosas que te gustan". Del aparato estatal tuvo que alejarse tras siete meses de esforzados intentos por cambiarle el rostro. "Se dio la oportunidad, la tomé e hice lo que pude, hasta el momento en que se pudo", cuenta, y aunque asegura que no se arrepiente, afirma que no volvería a repetir la experiencia. "No creo necesario volver. Ahora me parece que desde fuera se pueden hacer otro tipo de cosas. Ni mejores ni peores. Diferentes".

Gestión "Los objetivos eran varios. Lanzar la figura del Ministerio, legitimarlo ante los demás ministerios, brindar respuestas a la prensa, y dar la cara por conflictos como del museo de Tiawanaku y con lo del Cerro Rico", explica.

Lecciones desde el Estado Pese a que no concretó metas, asegura que se aprendió lecciones que ahora puede transmitirlas. "Institucionalidad y burocracia son como una red de pescador que atrapa a todos en su interior. No es necesario tanto papeleo. Se nos puede ir la vida en recolectar firmas para aprobar una determinada política pública. Para construir un país mejor es necesario otro tipo de gestión gubernamental, cambiar el esquema mental y luego el institucional", asegura.
Christian Kanahuaty
Politólogo - Escritor


Ciudad natal:
Cochabamba.
Nacimiento: 7 de agosto de 1982.
Estudios: Ciencias Políticas
Pasatiempos: Cine y documentales, salir con amistades.
Invierno - Fragmento: "Quizás muera inédito. Quizás todo lo que escribí no sea lo que deseé escribir. Quizás me recuerden por esas páginas de las que hoy tanto dudo. Tengo un rostro ausente de éxito y colmado de excesos".

domingo, abril 22, 2012

"Una noche más en el paraíso" de Maria Libertad Cárdenas Carrasco



Editorial: Gente Común

La autora nació en La Paz, hija de Adolfo y Estela. Es licenciada en Literatura por la UMSA (La Paz, Bolivia).
Ha publicado, con el sello Escritores de Bolsillo, el cuento Salón de Té, fruto del Taller de Creativa II.

Una noche más en el paraíso es una colección de cuentos que con velada ironía plantea a lo largo de los diecisiete relatos que la conforman, una reflexión sobre la miseria de la circunstancia humana frente a las laberínticas decisiones del destino.

sábado, abril 21, 2012

El aporte literario de Salvador Romero

Por Fernando Molina

En Salvador Romero P., que acaba de fallecer, se encarnaban dos intereses raros en la literatura nacional: el interés por los pocos intelectuales que ha producido el país a lo largo del tiempo: sus mentalidades, sus lecturas y sus difíciles relaciones con el contexto cultural en el que actuaron; y el interés de escribir para un público más amplio que el académico.
De esta conjunción surgieron los tres principales libros de Romero: La recepción académica de la sociología en Bolivia, Las Claudinas- Libros y sensibilidades a principios de siglo en Bolivia y el último que dio a imprenta: El nacimiento del intelectual. Los tres son importantes para elaborar una historia de las ideas bolivianas, tarea cuyos cimientos plantó Guillermo Francovich a mediados del siglo pasado, y que Romero y otros (no muchos) han continuado ulteriormente. Los tres pueden leerse con facilidad y provecho; sólo poseen el aparato erudito imprescindible y muchos de sus capítulos aparecieron primero como artículos de publicaciones periódicas. Son, por tanto, libros de ensayos, y esto es lo que define a Romero para quienes no pudimos conocer su pensamiento por la cátedra: Más que como el “sociólogo” del que hablan los obituarios de estos días, como el ensayista y el columnista que se esforzaba por enseñar y entretener a sus lectores con reflexiones sobre los temas en los que se entrecruzan cultura y sociedad.
En su columna semanal, Salvador Romero escribió en torno a todo tipo de fenómenos culturales, desde los últimos avances de la comunicación electrónica, hasta los novelistas de moda, pasando por la vida cotidiana de La Paz y otras ciudades que visitó. Sus libros, en cambio, están acotados por una demarcación temporal: se refieren a las tres primeras décadas del siglo XX; así como por otra de índole onomástica: estudian a un conjunto no muy numeroso de autores bolivianos.
Todos estos escritores pueden considerarse “intelectuales” en el sentido actual de esta palabra, es decir, hombres de letras que ejercían un “magisterio público” con cierta incidencia política. Pero, además, todos ellos escogieron expresarse a través de la narrativa. Por eso figuran Alcides Arguedas, Armando Chirveches, Jaime Mendoza, Demetrio Canelas, Adolfo Costa Du Rels y, algo anacrónicamente, Carlos Medinaceli. Y no está, en cambio, Franz Tamayo, aunque quizá fuera el mejor escritor-intelectual de este periodo, tomando en cuenta que Creación de la pedagogía nacional se publicó en 1910. Pero Tamayo no hizo novelas, como los otros, y a Salvador Romero lo que más le gustaba era leer novelas y encontrar en ellas, apartando el velo de la ficción, pistas reales sobre el autor y, en especial, sobre su época. No las pistas en las que se cifra la vida material, sino las que conducen a reconstruir los cambios mentales. De ahí por ejemplo su preocupación por los libros que leían los personajes de estas novelas -que en general pueden etiquetarse como “modernistas” e “indianistas”- y la influencia que revelan del positivismo, por un lado, y de la crítica al positivismo por parte de la filosofía vitalista (sobre todo Schopenhauer y Nietzsche), por el otro.
Con este método, Romero explicó cómo el ideal de las élites: mantenerse fieles a su cada vez más remoto origen europeo, se derrumbó en las primeras décadas del siglo XX, anonadado por la fuerza vital y el éxito pecuniario que había adquirido “lo cholo”. Los narradores simbolizaron esta transformación social por medio del “encholamiento”, o concubinato de un blanco con una mujer mestiza, que “sufren” los protagonistas de narraciones como La Miski Simi y, claro está, La Chaskañawi. Esta tesis se ha convertido en moneda de uso corriente en las ciencias sociales bolivianas.
Con su cultura, inteligencia y buen ánimo, Salvador Romero enriquecía el escenario periodístico y editorial del país. Su pérdida empobrece el panorama literario y, por tanto, la vida de todos nosotros’ Nos queda, sin embargo, el consuelo de la frecuentación de sus libros.
Página Siete – La Paz

viernes, abril 20, 2012

Iván Castro Aruzamen escribe sobre GARCÍA LINERA





ALVARO GARCÍA LINERA
Mi condición de ciudadano honesto y decente, me impulsa a verter algunas notas, siempre desde mi perspectiva, sobre uno de los personajes más nefastos y obscuros que ha pisado y enlodado la vida política del país en este último quinquenio; advierto que lo que a continuación diré acerca de las acciones y perversiones del segundo manda-MAS del gobierno, son sólo eso, digo yo, aproximaciones, que nunca agotaran todas las pesadillas que este personaje de lengua bífida e ideas ofuscadas esconde tras de sí, por tanto, si la ley contra el racismo, aprobada a expensas de un artículo mío, que causó tanto revuelo y echó andar al diablo, no me impresiona en absoluto que ahora pudiera aplicarse tan amañada ley a mi forma de escribir u otras (como la censura a la prosa de mi amigo Claudio Ferrufino-Coqueugniot).
García Linera, durante estos últimos años, no sólo ha maquinado todas las argucias criminales contra personas opositoras al régimen, sino que además, es la muestra de cómo una persona malsana, es capaz de lanzar las calumnias más rastreras, más vergonzosas –como el caso Rózsa-, que terminan siendo un supremo insulto a la verdad y otras formas, como la justicia; García Linera, como todo astuto demagogo, para llevar adelante toda una maquinaria de expurgación de sus resentimientos se ha rodeado de una pandilla de verdaderos galgos del poder. Y todo lo ha hecho este personaje nefasto, que ha escrito fábulas dignas de la literatura fantástica antes que verdaderos análisis de teoría sociológica, tan sólo para saciar su sed de venganza.
Yo creo, que por los ademanes, el tono de la voz, las arengas e invectivas contra todo lo que se parezca neoliberal o desatine con el proyecto jacobino suyo, es propio de una de las mentes más turbias, más enrevesadas y obsesionadas por la intriga, que vive en el país; de la mano de Alicia en el país de la maravillas, podemos concluir que, ¿quién sino García Linera? Planeó la matanza del Porvenir en Pando, para sacar del camino a Leopoldo Fernández, y el traslado de opositores a la ciudad de la Paz en condiciones ajenas a los derechos más elementales del ser humano. Él ideó intervenir a los marchistas indígenas del TIPNIS, usando el brazo de su testaferro Sacha Llorenti; él propuso construir la carretera por el territorio indígena, con el pretexto de que no había presencia del Estado, como si éste padeciera de dislexia; a él lo describe el presidente como el ideador de que los campesinos hayan arremetido en todas partes, bajo los efectos de la revancha histórica, contra todo brote de educación y espíritu de superación, actos legitimados por una inteligencia de matemático lírico volcado sobre las ciencias sociales, que no superan la tan vilipendiada mediocridad del burgués boliviano.
No cabe duda, que García Linera con esa mezcla de fanfarria y pseuda super inteligencia, ha acabado hipnotizando a aquellos, que según él nunca tuvieron lugar en el Estado, eso que Souza Santos llama las emergencias; aunque yo creo que García Linera está, cuando habla desdeñosamente, de la separación del cuerpo y el alma, ni siquiera cerca de Platón, sino más bien de las ciencias ocultas y hasta pienso que debe charlar a menudo con los Espíritus de los cuerpos que el gobierno ha matado. Y todo eso no son más que artimañas de una fértil imaginación. García Linera ha hecho del nuevo Estado y su gobierno pluri, un nido de arañas donde se tejen intrigas, comadreos, compradreos y toda suerte de dilapidaciones para quienes osen cuestionar al régimen. El palacio de gobierno es hoy un sindicato sagrado sin sindicalistas donde se decide la suerte del país y de nuestros hijos. A él la historia y el próximo gobierno, deberán ajusticiarlo por haber fomentado y alentado a hacer usura con el patriotismo para engendrar el odio entre los bolivianos y hacer de la ignorancia de las masas un terreno fértil para la angurria de su pandilla, cuando el país necesita de la verdad y la justicia para ser un lugar más habitable.
Estoy convencido de que el señor Álvaro García Linera, ex – terrorista de alta tensión, es el diabólico artífice de defender a sable y mentiras, la inconsistente erección de una nuevo Estado a lo largo de estos 6 años de gobierno masista, por medio de descabelladas y delictivas maquinaciones, reforzadas por una abominable y feroz campaña mediática desde el canal estatal con el fin de desorientar a la opinión pública y encubrir toda una sarta incontable de errores en la conducción del gobierno.
García Linera para mí sólo es un cuerpo capaz de las más atrevidas perversiones políticas de vigilar y castigar; y un espíritu de perversión social. Proyecto o partido político que incuba estos extremos, nada más le espera temprano o un poquito tarde, la descomposición y necrosis ideológica.
Cuando voy para el final de este artículo, dicen por ahí, que el matrimonio del Señor Linera sólo es una más de sus excentricidades y, que por lo demás, hasta la operación de columna que se hizo en la Clínica los Olivos, en realidad, fue un poco más abajo de la cóxis ¿acaso, el Señor Mallku no dijo alguna vez que el Vice fue su íntimo y otras cosas más en San Pedro?.
Iván Castro Aruzamen
Teólogo y filósofo

jueves, abril 19, 2012

FINAL DE VIAJE




FINAL DE VIAJE

Ahora más que nunca sabemos los bolivianos, que el masismo, en la carretera de la historia, camino hacia el 2050, como ha repetido hasta la patada García Linera, creo yo, antes que nada han iniciado el viaje final hacia su propio entierro, de la mano de una ideología bastarda –socialismo del siglo XXI– tan cercana al kamasutra antes que de Maxs, Engels o Lenin.
La lucha por la justicia y la solidaridad, nada tiene que ver con los camélidos sobre los que escribe la historia de Bolivia, el masismo embotado de cholos viscerales; tengo la impresión, verdá no mas diría cualquier cambita de por ahí, que el país se está cayendo a pedazos ­–igual que la lepra- y no nos queremos dar cuenta; porque Evo Morales, el indio otrora dice él sojuzgado, hoy, no es ni más ni menos que un indio alzao; y los cocaleros y los ponchos rojos y verdes y las bartolinas y los narcos y los contrabandistas y los militares, están haciendo un viaje al pasado en ruinas de los incas, aunque en su pequeño imaginario crean venir del futuro; en el idealismo más ramplón ya han aterrizado en el reino de Pachacutec; pero, no cabe duda, de que en la praxis se mueven –unos cuantos– en una sociedad consumista galopante, que vive de la masturbación hedonista y los paraísos artificiales del desarrollo primer mundista.
Quiero confesar, tras un merecido silencio, he llegado a la conclusión, de que no quiero viajar hacia ningún pasado de ceniza ni futuro alguno inexistente, y, que tampoco estoy ni con unos ni con otros, ni con un oriente como el de Costas y compañía, inmerso en el desenfreno, el derroche, la majadería (Persi Fernández), una sociedad cruceña kaligulezca, tampoco, con el occidente altiplánico, sumido en la pobreza, la violencia, el narcotráfico, la borrachera; estos dos rostros del Estado pluri, no son sino la faz de una sociedad decandente y abyecta. No. Yo estoy con los campesinos, los agricultores pequeños, los pobres entre los pobres, los desvalidos, los ultrajados, los postergados de este nuevo Estado.
Después de todo, no irán muy lejos los masistas, porque viajan hacia el pasado pensando en el futuro. Ha empezado a llover azufre sobre la carretera por la que viajan los masistas recalcitrantes. El masismo en su viaje, junto a su capataz y los arrenderos no saben si vienen o van, se mueven en la historia como ovejas descarriadas. Cuando la gran mayoría de los bolivianos hemos recurrido a la fotosíntesis humana para sobrevivir a la miseria de este país; seguro, se manifestarán los obreros, los indígenas del TIPNIS, los médicos, los choferes, los desocupados y los más, porque de la pobreza y la miseria que nos espera luego del paso del masismo ¿nos salvará el Opio de Cocteau, la cocaína que se produce por toneladas en cualquier parte del país, el Diario secreto de Ferrufino-Coqueugniot, Norte de Paz Soldán? ¿Quién rayos nos va a salvar de la hecatombe social que nos espera al final del viaje? Al final de este viaje sáfico, de la mano del masismo, no nos esperará ningún final feliz, pues, como dice Luis Tapia, el régimen está teñido de antipopulismo y antindigenismo; lo que caracteriza a este gobierno es la tiranía sindical y la ignorantocracia; mientras llega ese final, tengo yo la suerte de que todas las tardes me esperan mi mujer y mi hijo, como dos gatos con sus ojos destellantes de esperanza.
Iván Castro Aruzamen
Teólogo y filósofo

miércoles, abril 18, 2012

Editorial Nuevo Milenio dice presente en la XIII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra




Editorial Nuevo Milenio participará en la XIII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz al ser este un evento de trascendental importancia para esta casa editorial que apuesta por la literatura boliviana desde 1996 cuando publicaron, por primera vez, el libro de cuentos Las máscaras de la nada.
En esta ocasión, Nuevo Milenio presentará cuatro libros que ayudarán a configurar el panorama editorial boliviano de este año: la novela Morir en La Paz de Bartolomé Leal, y los libros de cuentos Cuentos para 1 año selección de Bartolomé Leal, La región prohibida de Fabiola Morales y Amores imperfectos de Edmundo Paz Soldán.
Para presentar la novela Morir en La Paz y Cuentos para 1 año, se contará con la presencia de Bartolomé Leal que llega a Santa Cruz el día 2 de junio procedente de Santiago de Chile, regresando a su país el día 5. El sábado 2 de junio, en la noche, se presenta Cuentos para 1 año y el domingo 3 de junio, en la noche, Morir en La Paz. Se espera que Bartolomé de una charla sobre “La novela policial negra”, tema en el que él es experto.
También está llegando de Barcelona, España, la escritora boliviana Fabiola Morales, que presentará su libro de cuentos La región prohibida. Ella actualmente cursa una maestría en Literatura Creativa y se espera dicte un curso el domingo 3 de “Literatura Gonzo”.
Por otro lado, Nuevo Milenio mostrará los avances en literatura digital en Bolivia a través de la página literaria http://www.ecdotica.com que, dentro de su biblioteca gratuita, tiene libros en formato Epub para descarga en Ipad.
También, dentro de la feria, Nuevo Milenio tendrá disponible la tercera edición de Amores imperfectos de Edmundo Paz Soldán pero, lamentablemente, no se contará con la presencia del autor que el año pasado presentó en la FIL de Santa Cruz la edición boliviana de la novela Norte.


Fuente: Editorial nuevo Milenio

martes, abril 17, 2012

Otro Día más en la oscuridad El XIV Premio Nacional del Nuevo Cuento Breve







El XIV Premio Nacional del Nuevo Cuento Breve, que organiza EL DEBER para promocionar el talento juvenil, destacó esta obra como primera mención. LA AUTORA ES GUERLAIN MATURANA MEZA, QUE AHORA TIENE 18 AÑOS Y ES ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN E IDIOMAS. El jurado estuvo integrado por Heide Zürcher, Gabriel Chávez y Leyla Anas



Ilustración: Will Quisbert

Todos hablaban y decían que ya faltaba poco. ¿Poco? -era la pregunta que salió de mis labios sin darme cuenta. Alguien por ahí me trató de burro, me decía que con razón no iba a la escuela. Yo no iba porque no tenía dinero ni tiempo para ir, porque la verdad es que a mí me gusta aprender.
Lancé de nuevo mi pregunta y una chica muy bonita que pasaba por allí me respondió con una alegría que yo ya había olvidado. Otro año más en la calle. No era una queja, simplemente un recuerdo que dolía en el corazón. Con este, serían cinco años fuera de casa.
Me salí de ella porque ya no aguantaba más ese maldito lugar. Mi madre había permitido que la droga la consumiera y hacía lo que fuera para conseguirla. Había degradado tanto su cuerpo que sentía repulsión al verla. Estaba seguro de que al principio solo la usaba para no recordar los malos ratos que había pasado durante su oficio, pero es que ya había llegado al extremo de que no se podía hablar con ella porque se estancaba en otro mundo.
Eso era lo que más me dolía, verla en una realidad que no existía y que encima de todo tratara de seducir a su propio hijo para obtener lo que su cuerpo clamaba a gritos. Uno de esos días, sin saberlo, entré en su laberinto emocional. Solo quería un instante de profundidad en mi relación con aquella mujer que decía me amaba. Cuestioné su actitud hacia mí, pero lo único que escuchaba salir de sus labios era un incesante perdón. Sucumbía ante su respuesta, pero detrás de esa mirada vacía se ocultaba un monstruo dependiente de aquella sustancia silenciosa que elimina a miles sin necesidad de estar en un periodo de guerra. Ya no podía contemplarla de esta forma, así que decidí que era tiempo de tomar una decisión radical. Sabía lo que tenía que hacer, pero en mi interior luchaba por encontrar otra salida.
Lo pensé durante mucho tiempo. Sin embargo, no encontré otra opción y la maté. No dejaría que pervirtiera tanto su carne. No quería entrar un día y verla completamente destrozada. Ya había perdido su cuerpo, pero no su alma. Al menos eso debía salvar. Sin darme cuenta, cuando ella daba su último suspiro, me encontré abrazándola, llorando desconsoladamente y pidiéndole que volviera. ¿Qué hacer? ¿Adónde ir? -no tenía ni una pista. Y entonces comencé a correr. Corrí, corrí y corrí, hasta que mis pies sangraron. No me dolían, sencillamente me detuve porque mis ojos estaban secos.
¡No sé qué es lo que la gente espera de esta noche! Si solo es una noche más. Yo no veo nada. Tal vez porque aquella noche perdí mis ojos en la oscuridad.

Fuente de la noticia : Periodico El Deber/Santa Cruz de la sierra

lunes, abril 16, 2012

XIII Feria Internacional del Libro Santa Cruz, que se realizará del 31 de mayo al 10 de junio




Una singular fusión entre poesía, pintura y canciones, organizada por autores cruceños, será una de las novedades de la futura XIII Feria Internacional del Libro Santa Cruz, que se realizará del 31 de mayo al 10 de junio en nuestra capital.

Distintas fusiones. Una de tantas propuestas es la que protagonizará el poeta Oscar “Puky” Gutiérrez quien, junto a artistas de otras ramas, propondrán una curiosa y extraña fusión. “Se trata de mostrar y celebrar lo mestizos que somos –señala el autor de 'Sobrevuelo en la ciudad de los anillos'- de darle la bienvenida al 'otro”, de establecer puentes entre lenguajes artísticos diversos.

La primera de ellas es una fusión híbrida de poesía y óleo. junto a la artista plástica Nicole Vera. "Expondremos 15 grandes lienzos que son el producto de un diálogo entre mi poesía y sus pinceles”, explica.

Por otro lado, el poeta vallegrandino viene afinando los detalles de otra fusión artística. “Junto al cantautor Gustavo Rivero, y a invitación del Centro Simón I. Patiño, estaremos cuatro noches en ese stand compartiendo una travesía que incluirá poemas y canciones. Será un auténtico recorrido verbal por la ciudad y sus personajes”, finaliza.

Presentaciones. Por el momento todavía no han confirmado las distintas editoriales las nuevas publicaciones ni tampoco las segundas ediciones, lo que si se sabe es que participarán las principales editoriales en Santa Cruz, como la Hoguera, y Santillana. Además las de La Paz como Gente Común, la que si confirmó sobre novedades fue Editorial El Cuervo, su director general Fernando Barrientos comentó que tienen planeada la presentación de dos libros de narrativa, el primero, "Click" del escritor paceño Christian Vera Premio nacional de poesía 2008 y "Los mercaderes del Che" del Premio Nacional de Periodismo 2008, Alex Ayala. No cabe duda, la Feria Internacional del Libro 2012 será una cita ineludible con los libros y con la historia.

domingo, abril 15, 2012

Escrito con sangre





RESEñA DE EL AMOR SEGúN, NOVELA DE SEBASTIáN ANTEZANA REEDITADA POR EL CUERVO

Por Mijail Miranda Zapata


Estocadas directas a la memoria y al corazón, así llegan a nosotros las primeras páginas de El amor según (editada ahora por segunda vez por El Cuervo). Sebastián Antezana (1982) y el lector escriben y reescriben la novela desde las profundas heridas del recuerdo, dibujando cada una de las palabras con sangre y dolor íntimos. ¿Cómo es posible alcanzar tales grados de individualidad e impersonalidad a la vez? Dice el poeta chileno Raúl Zurita: “Los seres humanos no somos mucho más que distintas metáforas de lo mismo y todos, más o menos, somos semejantes en nuestras angustias y miedos, en nuestra necesidad de amor, en nuestra perplejidad frente a la muerte”. 


El punto inicial está marcado por la fotografía. Antezana parece muy ligado a ella, sin embargo reniega de su discurso, de sus simplificaciones, de la eternización artificial de puntos muertos, cuando en realidad lo artificial radica en la vida misma, en el complejo sistema de engarces y engranajes que invaden y se apropian de la experiencia vital. La concepción cosmogónica del mundo basada en ficciones enmarcadas en un complejo sistema de relojería. Ni siquiera la historia pudo rehuir de esta constante. Los historiadores, tan afectos a la “objetividad”, individualizan el devenir nacional y universal, haciendo de nuestra memoria colectiva una farsa, una mera representación subjetiva de lo concreto. Condensar esta experiencia es el propósito de la protagonista principal y ausente de El amor según, Mariana. Y la búsqueda es aún mucho más puntual. La simplificación, esa misma de la fotografía, que implica el contacto y la interrelación con la tecnología, enajena de nuestro contexto ese sufrimiento-encantamiento que proporcionaba lo industrial, ese remedo simétrico y preciso de la vitalidad. Por eso Mariana busca ensamblar un autómata a partir de su novio Zimmer, para propiciar el reencuentro con esa violencia primaria establecida en la construcción mecánica de la vida. Es así que la escritura de Antezana no resulta hermética. Responde a nuestro tiempo, a las redes sociales, al e-mail, a los smartphones, y a la trivialización que éstos ejercen sobre nuestros sentimientos y pulsiones elementales. Habría que aprender a sufrir, odiar y amar de nuevo. La novela responde también a la ausencia de horizontes generacionales, proponiendo la exposición-representación de lo real como aspiración estética, la deificación como aspiración vital. Ambiciosa tendencia que Antezana resuelve valiéndose de su única arma: la palabra, que es en última instancia el generador primario de toda ficción. Los códigos de la palabra subvirtiendo y apropiándose de las voces de la fotografía y la escultura. Porque la formación de un autómata es una verdadera gesta escultórica, de precisión milimétrica. Ese es el trabajo de Antezana (ganador del Premio Nacional de Novela 2008 con La toma del manuscrito), el de un viejo relojero empecinado en alcanzar la perfección en cada una de sus creaciones u oraciones. El joven novelista boliviano, cual nigromante de cuartos oscuros, captura imágenes detalladamente, pero quitándoles claridad, difuminándolas, ofreciendo un contexto cuasi real. Con el transcurrir de los fragmentos no puedo dejar de pensar en Wong Kar Wai y su memorable 2046.


Valiéndose de su buen dominio del lenguaje, Antezana hace que la violencia inicial vaya diluyéndose en un cadencioso cuento circular, casi hipnótico. Entonces la figura de de Penélope se hace patente como hito fundamental en la novela, su estructura radial así lo establece. Espera, reconstrucción, destrucción, ausencias en una ecuación que aparenta fugas tangenciales, pero solo las aparenta. Por otro lado, el uso de la narración omnisciente ofrece la cualidad de convertir el relato en una extensa exposición y representación de la vida que, como ya se dijo, nunca deja de ser eso. Una representación que se sustenta en la configuración psicológica de Zimmer, que ofrece lo mejor de Antezana: su capacidad para describir emociones y contradicciones inherentes a la intimidad humana. Más allá aún, esta descripción guarda el equilibrio entre el perfil íntimo de Zimmer, altamente humanizado, y la ya mencionada “ficción mecanizada” que encarna el proyecto artístico de Mariana. Otra muestra del virtuosismo del novelista que nunca traiciona su propuesta inicial.


Debo admitir que inicialmente me plantee abordar el trabajo de Antezana desde una perspectiva menos ambigua, más enfocada al debate que se plantea respecto a los límites de la concepción y la creación artística, a la definición del arte como tal, pero terminé subyugado a la efervescencia romántica-suicida de la novela. Caí rendido ante la violencia intrínseca al acto de amar. Ante la continua destrucción del yo y el ser amado, ante la traición, el desconsuelo y el desarraigo de los territorios de la bondad y la bienaventuranza. Cualquiera podría ser Zimmer. Cualquiera podría ser Mariana.


El amor según el que suscribe es una arte de guerra.

sábado, abril 14, 2012

Álex Ayala ‘Crónicas a ras del suelo’










— La crónica periodística y géneros afines han merecido cierta atención últimamente. Sin embargo, sus fronteras no parecen muy claras y son hasta polémicas. ¿Qué género practica y cómo lo define?


— Yo diría que las fronteras entre géneros más que polémicas son difusas. Pero nada más. La crónica, el perfil y el reportaje de largo aliento comparten muchas características y son bastante similares. Quizás la crónica y el perfil muestran una voz de autor más diferenciada que el reportaje. Quizás la crónica y el perfil son más cinematográficos, ya que se arman en base a escenas y hacen más hincapié en el detalle. Pero las diferencias entre estos géneros no son de bulto.


“No ficción” o “periodismo narrativo” son etiquetas que ayudan a identificar los géneros periodísticos que utilizan las mismas herramientas que los géneros literarios —como la construcción de metáforas, el manejo del tiempo y un largo etcétera—. Pero para armar textos que son verdad. García Márquez dice que “una gota de ficción es capaz de contaminar un océano de realidad”. Y ésa es la máxima que tiene que regir en cualquier texto de periodismo narrativo. En este tipo de escritos está muy patente la subjetividad del periodista, más que en cualquier otra pieza periodística, pero eso no quiere decir que uno se invente hechos que no han ocurrido. Hacer eso significaría traicionar al lector.


Yo he hecho siempre crónicas, perfiles y reportajes de largo aliento porque me parece que son géneros que no ven a las personas únicamente como fuentes, sino como lo que son: como seres de carne y hueso con virtudes y defectos. Porque son géneros con los que uno no busca la “patada” o el sensacionalismo, sino más bien todo lo contrario: una mirada más reposada de lo que nos rodea.


El peruano Julio Villanueva considera que “para un cronista el mundo es una vitrina de valiosos desperdicios” y que su trabajo consiste en “escarbar en él hasta tener la suerte de hallar dos cosas a las que en apariencia nada une”. Asegura además que el buen cronista es aquel que “enciende la luz”, el que cuenta no sólo lo que sucede, sino también lo que parece que no sucede. Dice que “el cronista es el encargado de convertir el dato en conocimiento y un acontecimiento en una experiencia personal”. Y yo añadiría que es también aquel que es capaz de encontrar y escribir historias que, como los buenos vinos, permanecen durante mucho tiempo en el paladar de la memoria.


En cuanto a definiciones a mí me gusta una del mexicano Juan Villoro que dice que la crónica es el ornitorrinco de la prosa, ya que de “la novela extrae la condición subjetiva; del reportaje, los datos inmodificables; del cuento, el sentido dramático en espacio corto; de la entrevista, los diálogos; del teatro grecolatino, la polifonía de testigos; y de la autobiografía, el tono memorioso”.


— La crónica que da título al libro gira con una mirada desmitificadora en torno a la figura del Che, un mito que sigue reproduciéndose en las jóvenes generaciones...


— Del Che se pueden hacer muchísimas lecturas. Estamos hablando, para bien y para mal, de uno de los grandes personajes del siglo XX. De un señor que aún sigue dejando huella en los más jóvenes, también para bien y para mal. Pero a la hora de escribir la crónica que da nombre a este libro no quería centrarme en el Che como personaje o como mito, sino más bien convertir en personajes principales a todas aquellas personas que pululan todavía alrededor de su figura en Vallegrande, el pueblo donde lo exhibieron al mundo como si fuera un trofeo de batalla, y La Higuera, el lugar en el que lo mataron a sangre fría. A mí no me interesaba juzgar al Che ni hacer un inventario de algunas de sus andanzas. Mi intención era mostrar la historia que hay detrás de la Historia.


— Varias crónicas del libro se dedican a personajes que circulan por los márgenes sociales o culturales o en algunos casos por ambos. ¿Le interesan las culturas y los personajes marginales?


— La verdad es que no tengo un especial interés ni por la marginalidad ni por los personajes marginales. Siempre me han interesado las buenas historias. Y, obviamente, los que circulan, como dices, por los márgenes de la sociedad también son protagonistas de vidas que merecen ser contadas. Busco casi siempre historias con ingredientes que de algún modo acaban por convertir los textos que escribo en universales. El perfil del sastre del Evo es una excusa, por ejemplo, para hablar del poder. La historia de los custodios de los lentes de la estatua de Lennon, una excusa para hablar de las contradicciones del modelo cubano. La crónica del contador de relámpagos es un relato sobre la dignidad humana. Etcétera. La consigna es: no aburrir, entretener, desengañar.


— Fue editor de la única revista de crónica que se publicó en Bolivia, Pie izquierdo. ¿Cómo fue esa experiencia y por qué cesó?


— La experiencia con Pie Izquierdo, primera revista boliviana de periodismo narrativo, fue dura y a la vez muy gratificante. Pie Izquierdo fue ante todo un experimento. Los socios éramos tres locos que decidimos apostar por algo “nuevo” para Bolivia, sin darnos cuenta de que íbamos directos al precipicio.


Pie Izquierdo fracasó y no quiero echar la culpa —aunque podría— ni al mercado, ni a los lectores, ni a las circunstancias ni a nada ajeno a nosotros mismos, a los que hacíamos la revista. Pie Izquierdo fracasó porque algo hicimos mal en el proceso. Quizás no supimos llegar a los lectores potenciales. Quizás deberíamos haber nacido como medio digital. Quizás teníamos que haber sido menos ambiciosos. Quizá, quizá. Ya no sirve de mucho mirar atrás.


De este fracaso aprendimos bastante y todo aprendizaje cuenta. Primero: a hacer una revista, que no es poca cosa. Segundo: a mirar el mundo con otros ojos, a quitarnos vendas. Tercero: a entender mejor a los autores y a escuchar a los lectores. Y también dejamos una semilla: Pie Izquierdo adelantó camino para que otras revistas del mismo estilo lo tengan algo más fácil en el futuro.


— ¿Qué diferencia ve entre el periodismo narrativo que se hacía hace diez años en el continente y el que se hace ahora?


—No veo que haya cambiado mucho. No veo demasiadas diferencias. Quizás la búsqueda de la voz de autor es hoy un poco más intensa que antes. Quizás hay mayor empeño por tener mejores enfoques y causar sorpresa. Pero más allá de eso creo que, por ejemplo, las temáticas se repiten más de lo aconsejable: narcotráfico, desastres, desigualdades, pobreza y un largo etcétera. Que falta algo más de chispa a la hora de trabajar. Y me parece que esto ocurre porque a veces no nos detenemos el tiempo suficiente para pensar bien en las historias. Porque nuestra inmersión en la vida de los personajes es en ocasiones un tanto vaga. Porque no nos hacemos las suficientes preguntas.


— ¿Cómo cambiar esta tendencia?


— Primero: me parece que necesitamos como el comer la presencia de más editores que realmente lo sean: que nos guíen, que nos enfrenten, que nos reten, que nos cuestionen. Hay editores que sí lo hacen, pero actualmente son los menos. Hasta que no tengamos una buena camada de editores creo que no vamos a dar ese pasito adelante que nos falta. Y segundo: hace falta más pasión. Sí, más pasión todavía de la que hay, que no es poca. Gay Talese, por ejemplo, es capaz de estar encima de un tema seis, siete años de su vida si éste le parece interesante. ¿Seríamos capaces de un sacrificio semejante los cronistas latinoamericanos?


— ¿Cuáles son hoy, si los hay, los espacios para la crónica en Bolivia?


— Espacios para la crónica en Bolivia de momento no hay muchos. Al menos para la crónica como yo la entiendo: trabajada con tiempo, bien escrita y bien investigada. Considero que en los periódicos y revistas se ha convertido en un género bastante marginal y pienso que su futuro pasa por los medios digitales. Según algunos gurús del periodismo, en el universo digital primarán dentro de poco las informaciones cortas y sintéticas y las historias largas y bien contadas.


La crónica es un género que se adapta: funciona igual de bien tanto en formato digital como en formato impreso. La noticia, no. La noticia ya ha perdido toda su esencia (la inmediatez) en el formato impreso. Mientras que la crónica mantiene sus principales características en uno y otro formato: no aburre, sorprende, emociona, ilumina, traduce hechos y un largo etcétera. Y por lo general no muere: se suele convertir, si está bien hecha, en un objeto coleccionable (o en archivo coleccionable si se trata de soportes digitales).


— Su libro se publica bajo una modalidad particular de financiamiento, ¿puede explicar algo al respecto?


— Yo tenía mucho interés en publicar el libro con la editorial El Cuervo porque el año pasado creó una colección de no ficción bastante interesante y a la que le veo mucho futuro. Meses después de nuestras primeras conversaciones, le propuse a Fernando cubrir los gastos de impresión vía crowdfunding. El crowdfunding es un sistema que se basa en el mecenazgo de particulares para financiar proyectos creativos de toda índole. Y permitió, en mi caso, solventar la entrada a imprenta del libro en menos de una semana. La gente ha sido tremendamente generosa conmigo y lo agradezco mucho. Se trata, si no me equivoco, del primer libro de crónicas de América Latina en impulsarse a través de una plataforma de este tipo. Creo que hemos abierto una puerta interesante y que en el futuro otros colegas se animarán a cruzarla.


La crónica y la ‘no-ficción’ son géneros en repunte Rubén Vargas


Álex Ayala Ugarte ha decidido reunir sus crónicas periodísticas en un volumen bajo el título Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo. La crónica que da título al libro —publicado por Editorial el Cuervo y que se presentará el jueves 12 en la Cinemateca Boliviana— es un buen ejemplo de los procedimientos periodísticos de Ayala.


Detrás de la figura y del mito del guerrillero argentino están las historias de la gente de Vallegrande que lo vio, que escuchó de él y que le gusta contar —o negociar— con esos recuerdos. Detrás de una historia hay muchas historias pequeñas o grandes pero todas reales. A Ayala le interesan esas historias: de carne y hueso, emotivas, verdaderas en su inmediatez.


Así también procede cuando habla, por ejemplo, del escritor paceño Víctor Hugo Viscarra, en torno al cual se han tejido tantos mitos; así también cuando narra la historia del cuidador de la estatua de John Lennon en La Habana: nos permite ver un país en crisis detrás de esa estatua; así procede también cuando escribe sobre Dardo Greco y Ariel Irusta, dos tangueros incorporados ya al paisaje urbano de La Paz, o de Sillerico, el sastre que viste presidentes...


El libro de Ayala, por otro lado, es un buen indicador de la atención que ha merecido últimamente la crónica periodística y los géneros afines. Hay por lo menos dos antologías recientes dedicadas a este tipo de escritura. En 2009, los escritores Maximiliano Barrientos y Liliana Colanzi editaron Conductas erráticas. Primera antología boliviana de no-ficción (Aguilar). “Ahora, más que antes, la gente tiene hambre por lo verídico, por la reconstrucción del acontecimiento, por la confesión; la necesidad de relatos que rearmen la experiencia, que indaguen en ella”, advertían los compiladores de ese libro.


A fines de 2011, Fernando Barrientos publicó Bolivia a toda costa. Crónicas de un país de ficción (El Cuervo / Nuevo Milenio). Otra antología pero esta vez centrada en el diseño polifónico del retrato de las múltiples caras de la Bolivia de hoy.


Así pues la crónica y la llamada no-ficción son género en alza. Bienvenida la escritura de la realidad.

viernes, abril 13, 2012

Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras del suelo - Prólogo




El hombre con el contador Geiger

Por Fernando Molina

En los márgenes de toda “gran historia”, de esas historias que movilizan y dan utilidades a los medios nacionales e internacionales, una multitud de pequeños personajes queda efímeramente revelada por los reflectores. De la misma manera, si alguien muere de súbito, las personas que le hablaron poco antes de su muerte se tornan repentinamente interesantes. La casualidad las pone en situación de privilegio: próximas a aquello que los demás hubieran querido presenciar, o a lo que ya no es posible reconstituir sin su testimonio. Tienen, pues, algo que contar, aunque sólo sea a los amigos o parientes congregados ante la mesa, a la hora del almuerzo, el domingo siguiente. “Me dijo que estaba a punto de volver a su casa; que iba apurado; veinte minutos después —todavía no lo creo— se estampillaba contra ese bus rojo que había frenado de golpe”. En otros casos tienen que hablar con la policía. O incluso charlar con la prensa, ser “entrevistados”, salir en las noticias. Diariamente, múltiples “fuentes” son distraídas de su rutina cotidiana por periodistas de todo tipo. La mayoría de las veces el hecho que presenciaron no pasa de ser la noticia del día o, como máximo, de la semana. En otras ocasiones puede ser más importante, pero no como para sobrepasar un año: los medios siempre encontrarán algo nuevo en lo que interesarse. La permanencia, entonces, es tarea de los historiadores, pero éstos suelen concentrarse en el corazón de los sucesos. Es propio de su oficio comprimir la abundante información recogida por los periodistas de la boca de cientos de testigos, dentro de unos cuantos párrafos esclarecedores. E incluso cuando dedican un espacio más amplio a un solo acontecimiento, únicamente considerarán relevantes los testimonios —y a sus autores— en la medida en que iluminen este hecho, nada más. Para ellos lo que ocurre con los testigos, antes o después; cómo y cuánto el suceso llega a afectar sus vidas, siempre será algo sin importancia. También los periodistas pierden de vista rápidamente a sus informantes; los usan yluego los dejan atrás, sin interesarse por quiénes eran ni por lo que pudo haber significado, en sus vidas, encontrarse con ellos. Nadie se ocupa, entonces —verdaderamente, quiero decir, y tratando de encontrar un valor propio en ellos—, de los hombres anónimos que casualmente quedan revestidos de interés público, lo que ocurre por cualquiera de los siguientes motivos: el contacto con un personaje de relevancia; la desgracia de verse envueltos en una revolución, una peste, etc.; el cumplimiento de algún pequeño papel dentro de un complot… ¿Nadie? Hay algunos escritores, como el autor de este libro, que trabajan con estas “vidas minúsculas” (como las llamó el novelista francés Pierre Michon). Las vidas de seres anodinos que un día se enfrentan con la Historia o la notoriedad. De este cruce surge el mundo de Alex Ayala. Es un mundo en el que las personas ordinarias hacen cosas extraordinarias (cuidar las gafas de una estatua, reinar en pueblos olvidados, convertir el haber conocido al Che en un oficio rentado).Es un mundo, también, en el que lo extraordinario irrumpe en lo ordinario y lo trastorna, al parecer para siempre. Sus habitantes se aferran de por vida a un único momento glorioso, aunque en realidad éste hubiera sido vivido por otros. De todos los cronistas que hoy laboran en el periodismo latinoamericano, Ayala es el especialista de pelo pajizo que llega al terreno provisto de un contador Geiger, para estudiar la estela de radiactividad que dejaron detrás los grandes acontecimientos. Este especialista trabaja solo, porque cuando arriba en un bus o un taxi al lugar de autos, ya todos se han ido de allí, persiguiendo el espejismo, siempre cambiante, del “estar al día”. Ayala se consagra a los hechos después del Hecho, a la resaca que deja detrás cada gran ola de actualidad. Con curiosidad y amor por los “pequeños”, con la mirada tierna del que siempre le da un segundo chance a la realidad, con una excelente prosa, Ayala convierte a los seres anodinos de los que se ocupa en verdaderos protagonistas de una historia: pues no lo son por un día ni aparecen únicamente en las notas de pie de página. Sus héroes son patéticos, pero por eso mismo entrañables. Ese su patetismo es la clave de su humanidad. Son los únicos héroes que vale la pena conocer personalmente: los “perdedores”. Allí donde los periodistas y los historiadores no ven nada más que “fuentes” que saben algo, Ayala encuentra símbolos y significados dignos de descifrarse. Allí donde los demás acaban y olvidan, Ayala apenas comienza la travesía. Y quien empieza allí, lejos, es por supuesto capaz de llevarnos adonde nunca antes habíamos estado.

jueves, abril 12, 2012

Edgar Arandia : "El loquito de Munaypata"

Perfil de "El loquito de Munaypata" Nacido en La Paz en 1950, Edgar Arandia es artista plástico, poeta y docente universitario. Como artista, ha presentado sus obras en varias exposiciones individuales en Bolivia y en el exterior, entre ellas Chuquiago Dark, que fue exhibida en la galería Nota de La Paz. También participó en varias bienales internacionales, entre las cuales se puede destacar la Bienal de Dibujo en Santo Domingo, República Dominicana, en 1988, y la I Bienal del MERCOSUR en Porto Alegre, Brasil, en 1997. Entre 1971 y 1989, obtuvo varios premios en el salón municipal de artes plásticas "Pedro Domingo Murillo". En 1977 ganó el premio especial de la Bienal Latinoamericana de Dibujo en Maldonado, Uruguay, y el 2000 obtuvo el tercer premio del concurso de Arte Sacro, auspiciado por la galería esART de La Paz. Es autor de los libros de poemas "Chuquiago Blues" y "El paisaje en los ojos de la iguana". Periódicamente escribe sobre arte y política, además de publicar ilustraciones en periódicos y revistas locales.

miércoles, abril 11, 2012

Roger David Otero Lorent : "El libro no conoce de fronteras, trincheras ni barricadas. Es universal"

Con sus jóvenes 30 años a cuestas, este autor boliviano llega a la 12ª Feria del Libro Chaqueño y Regional con tres de sus obras. Y rescata - y se identifica - con una nueva generación de autores de su país que comienza a trascender fronteras afuera. Otero Lorent presenta en el stand de los escritores de la ZICOSUR, con un libro de cuentos, "De qué hablamos cuando hablamos de morir", editado en 2011 y Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de La Sierra”; una antología de cuentos suyos y una novela juvenil que fue best seller el año pasado en la Feria del Libro de esa ciudad, titulado "Lo bonito de ser feos". El escritor santacruceño asegura que su conferencia en la Feria constituye "una especie de sinopsis o radiografía de lo que está pasando en la literatura boliviana circunscripta al género policial. Pero también es un pantallazo general a todo lo que se ha venido gestando como literatura contemporánea de nuestro país". Agregando que "si bien aún tenemos diferencias, se está gestando una nueva generación de escritores en Bolivia que está siendo sustentada, por ejemplo, con instituciones muy fuertes en el mundo editorial". En ese sentido, resacata el desempeño de la Editorial Hoguera, "que se ha convertido en una palestra para aquellos autores jóvenes que se están destacando en nuestro medio. Pero también han surgido voces nuevas y vigorosas que se están proyectando a nivel internacional". Al respecto, señala a Yovana Rivero, que se ha destacado en la última Feria del Libro de Guadalajara, México, en el marco de una convocatoria de 35 nuevos jóvenes talentos literarios del mundo. "El libro no conoce de fronteras, trincheras ni barricadas. Y es latinoamericano porque el idioma es nuestro vínculo, y la imaginación no tiene yugos o compromisos ni con la política ni la historia. No le debe nada a nadie. Se desprende del hombre, y los seres humanos somos universales", asegura. Luego, Roger David Otero Lorent revela su humildad, y por qué no su grandeza, al considerar que - por el respeto y admiración que tiene hacia ellos - no podría mirarse en el espejo de los grandes autores latinoamericanos. Sin embargo, confiesa que admira profundamente a Julio Cortázar. Su trayectoria. Roger Otero Lorent nació en Santa Cruz, Bolivia (1981). Estudió las carreras de Comunicación Social y Filología Hispánica en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Obtuvo el primer lugar en el concurso “Cuentos, Leyendas, Dichos y Hechos del Oriente Boliviano”, convocado por la Dirección de Cultura de la Honorable Municipalidad de Santa Cruz, por su libro Al otro lado del espejo (2002). Ha ganado en cinco ocasiones el Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de La Sierra”, cuatro veces en Cuento y una en Novela. Debido a esto fueron editados los libros: Simplemente cuentos (2003), Humor vítreo (2006), Cuentos tristes para una noche rota (2008), Malas palabras (2009) y De qué hablamos cuando hablamos de morir (2011). Es Premio Joven de Literatura (2003), galardón otorgado por las instituciones juveniles de su ciudad, y Joven Sobresaliente TOYP 2008 (Cámara Junior) en la categoría “Logros Culturales”. Ha producido cuatro cortometrajes, “Continuidad en los parques”, “El ramo azul”, “Ojos de perro azul” (finalista del Festival Nacional de Video Universitario el año 2003), “Ajuste de cuentas” y un documental, “El príncipe de las letras bolivianas”. Ha publicado en algunas antologías, tales como Inmigraciones de Arkham (Edit. Gente Común, 2006) y Revista Pen Bolivia (N.º 7). En el año 2006 fue segundo finalista del Concurso de Cuento “Franz Tamayo”. Un año después Editorial La Hoguera publicó una antología de sus cuentos titulada El arte de escribir sin escribir. Con la misma editorial publicó la novela juvenil "Lo bonito de ser feos", el libro más vendido en la XII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz (2011). Actualmente trabaja en el Grupo Editorial La Hoguera en calidad de editor de textos educativos y obras literarias, y tiene una Especialidad en Educación Superior. Figura en la antología internacional de Claudia Apablaza, como uno de los 30 jóvenes escritores latinoamericanos de mayor prestigio en su país: www.literaturas.com. Es colaborador de varios medios culturales de su ciudad. Y recientemente publicó la novela "Bullying", de temática juvenil. Fuente de la noticia : "Diario Chaco por día,Bolivia" CH

martes, abril 10, 2012

Sara Mansilla, la escritora presenta hoy la cuarta entrega de la zaga de Benjamín que hoy es un proyecto artístico y literario

Como contexto oportuno ya que se encuentra próximo el Día del Niño, Sara Mansilla lanza el cuarto libro de su famosa zaga de Benjamín, esta es una de las razones por las que ella fue incluida entre nuestros Protagonistas de esta semana. Sarita Mansilla como es conocida con cariño por sus lectores, comenta que entró al mundo de la literatura el 2008 cuando por un accidente que la dejo postrada en una cama, comenzó a escribir la saga de Benjamín. Pero el impulso inicial hacia la escritura le nació a partir de un concurso navideño el 2005, donde ganó el primer lugar Benjamín hace referencia a un hijo en grande pero a la vez el más pequeño como dice Mansilla, además cuando ella investigó más se dio cuenta que también significa "la mano derecha" y comenta "que no es ninguna casualidad y que el destino siempre confabula con los grandes sucesos de la vida". ¿Es difícil hacer literatura para niños, en el mundo en especifico en Bolivia? Sí, es difícil en cualquier parte del mundo. Los escritores se tienen que adaptar a las políticas internas de cada editorial. Además, en Bolivia, pocas universidades ofrecen carreras de literatura. ¿A qué se debe según usted el éxito de la saga Benjamín? Me apasiona lo que hago y continuamente estoy innovando. El año pasado convertí la saga en un proyecto literario y artístico. Este año invité al afamado cuentacuentos argentino, Claudio Ledesma a la inauguración del Mundo Fantástico de Benjamín, quien dará talleres durante toda la semana para mejorar el arte de contar. ¿Hay nuevos personajes para el cuarto libro? ¿Cómo es el proceso de creación en los personajes para un libro de niños? Benjamín ya es un adolescente y se comporta como tal, a veces explosivo, en especial con su madre quien actúa con firmeza y lo comprende, ya que es una etapa por la que atraviesan todos los jóvenes. Los personajes nacen de acuerdo a la situación, me encanta imaginármelos y describirlos, como las Spharghmad, unos monstruos marinos o las Kleo, los pájaros mantarayas. ¿Cual es su principal motivación para la creación literaria? ¿Cómo maneja su rol como madre y escritora? Simplemente el deseo de ayudar a los niños y a los jóvenes a conquistar el placer de leer. Me siento privilegiada de tener una excelente comunicación con mis hijos, y el gran apoyo de mi esposo. Benjamín ya es parte de sus vidas, me dan ideas, me acompañan en mis viajes y me encanta leerles a mis nietos. Hábleme sobre sus futuros proyectos. Seguir creando hasta el cansancio para que todos los padres de familia se den cuenta que la educación, que se basa en la lectura, es parte de la formación integral de una persona y se inicia en el hogar. Los hábitos se hacen desde la cuna. Datos >>Fecha de nacimiento: 04 Agosto 1950 >>Estudio: Enfermeria (Canada) y Cuidados intensivos (EEUU) >>Otras actividades: Decoracion, vivero y carpinteria Saritag >>Actividad Actual: Presidenta de la Sociedad de Escritores Cruceños

lunes, abril 09, 2012

Benjamín llega a la adolescencia

Sarah Mansilla es la creadora de la saga de Benjamín, un libro que tiene como público directo los niños. Cuando se presentó por vez primera en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz, en 2008, fue el libro más vendido y rompió récords. Según sus propios datos, hasta ahora, en cuatro años ya vendió como 20.000 libros. Es interesante ver la maduración del proyecto de Mansilla ya que su inmersión en el mundo de la literatura se dio debido a un accidente que ella tuvo el 2007 que la postró en una cama y así nació Benjamín. Después de un corto caminar ahora Sarah es presidente de la Sociedad Cruceña de Escritores. Su inspiración fue la admiración de la autora por el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana. A partir de eso, ella puede recrear los distintos universos que recorre su obra. Desde el principio los temas de interés fueron la fauna y flora y la diversidad natural. En las aventuras del grillo Benjamín junto con sus amigos Octavio, el Naranjo y Andrés, el Guayabo, los personajes empiezan a encontrar su motivación mientras recorren más de 450 páginas y hasta ahora tres libros. La idea principal es lograr una saga de siete tomos y este año se presentará nuevamente en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz el esperado cuarto libro de la saga. "Tengo pensando el final, me entusiasma, por lo tanto es mi motivación actual", señala. Admiración por las mujeres. Se necesita disciplina para construir una saga de siete tomos y Sarah Mansilla tiene como eje motivador el rol que cumple como esposa, madre y abuela. Es parte transversal de su vida y declara su admiración total por las mujeres: “la mujer es la que tiene que velar por el bienestar familiar y lo considero sumamente importante, por eso admiro a las mujeres que logran hacer esto y al mismo tiempo atender sus metas personales, profesionales. Me gusta inspirarme en las personas exitosas”. Adelanto del cuarto libro. Nuevos personajes y amigos además de la maduración del protagonista principal Benjamín, que está entrando a la adolescencia, es lo que nos adelanta Mansilla. Él está creciendo, ya tiene 15 años y empieza a tener los problemas característicos de esta edad con su madre que como narra la autora al final de cuentas se solucionan. “Una madre siempre es capaz de entender todos los procesos que pasan sus hijos”, concluye... Fuente : "El Nuevo Día/Santa Cruz de la sierra"

domingo, abril 08, 2012

Claudio Ferrufino-Coqueugniot : ‘El bien y el mal son vistos de distintas maneras en distintas sociedades’





Claudio Ferrufino: Claudio Ferrufino-Coqueugniot (Cochabamba, 1960)Es autor del libro de prosas breves Virginianos y de las novelas El señor don Rómulo (Nuevo Milenio, 2003) que obtuvo una Mención de Honor en el Premio Internacional Casa de las Américas 2002 y de El exilio voluntario (El País, 2009), novela ganadora del mismo premio Casa de las Américas en 2009. Su novela Diario secreto (Alfaguara, 2011) obtuvo el Premio Nacional de Novela en 2011.


La Razón / Rodrigo Urquiola Flores

00:00 / 08 de abril de 2012

— Después de tus dos anteriores experiencias novelísticas con El señor don Rómulo y El exilio voluntario, ambas novelas con repercusión en el ámbito internacional, ¿cómo ves Diario secreto?, ¿qué significa en tu carrera literaria?

— Puedo verla desde dos ángulos. Por un lado, mis dos anteriores novelas habían sido obras temporalmente largas. Diario secreto, por el contrario, me propuso un trabajo organizado, con metas y límites bien definidos, casi sin alteración de la estructura previamente propuesta. Por otro, aunque mantiene rasgos estilísticos innegables que acercan a las tres, y una suerte de personajes-individuos de fuerte y neta presencia, ésta última deriva hacia una penetración psicológica del personaje, sin juzgarlo ni criticarlo; tal vez una suerte de inmiscuirse en su vida y verla como él la ve, fuera de un contexto histórico-social como podría encontrarse en las otras dos. Y, dado el tema, llegar a pensar de cuánto de esta “ambivalencia” entre bien y mal habita en nosotros.

— Diario secreto es una novela de imágenes más que de acciones, dirigidas por un hilo conductor; una novela que desborda palabras que podrían conducir a ninguna parte. ¿Por qué poner a un psicópata como responsable de la narración de una novela?

— Este ir a ninguna parte que propones es quizá una percepción de lo que es para mí un asesino serial. Son individuos que se manejan con sensaciones y con imágenes, cuyo discurso o no existe o no está claramente construido. Las páginas del Diario hacen el intento de plasmar aquello en papel, no con ánimo científico de estudiar la estructura o desestructura de mente semejante, sino de retratar, mientras navegas entre sensaciones, ruidos, olores, flashes, que también son perturbadores para el que escribe. Fácil sería narrar la vida de alguien así, dentro de una fórmula de novela convencional, e incluso no. La idea no es ésa, es más bien la de ver con los ojos del tipo, escuchar con sus oídos y sentir con sus manos.

— La violencia es el ojo a través del cual se observa lo que sucede alrededor. Parece que el protagonista no conociera otro lenguaje que éste para expresar su visión de la vida. Pero, al mismo tiempo, es un demente culto, amante del arte y conocedor de mundo.¿En qué pensabas mientras escribías la novela?

— En la novela, un personaje es en rara ocasión uno solo. A no ser que hablemos de una novela de tipo histórico o de una novela autobiográfica, por poner ejemplos. Por lo general, los personajes se crean de una amalgama de sujetos, ideas, pensamientos y actos. Cuando Víctor Hugo inventa a Javert, el detective sombra del prófugo Jean Valjean, está esbozando la vida del comisario Vidoq, pero, a la vez, de todo el gremio detectivesco en un tiempo de cambio en el mundo europeo. Difícilmente podríamos decir que Javert es Vidoq, pero sí que tiene algo, mucho, de Vidoq, y quién sabe del novelista, del vecino, del tendero, del chofer de un carromato que pasa cada día a dejarle leche al señor Hugo. La contradicción entre un hombre que ejerce la violencia como modus vivendi y ama el arte no es extraña. Ese desdoblarse en muchos individuos es característico del ser humano, en mayor o menor grado, escondido o explícito.

— El personaje principal de Diario secreto, ese narrador lleno de rencor y rabia es un antihéroe, un marginado. En su voz, sin embargo, se distingue la confrontación de diversos ideales humanos: política, religión, raza. ¿Qué es el racismo para ti? ¿Qué formas del racismo —si es que se puede usar este término— has visto en tu vida?

— Comenzaré por el final. Siempre he vivido en un país racista, Bolivia, a pesar de que aquello se ha querido esconder —malamente— y negarse en la cháchara de las abuelitas y señoras de que siempre “las he tratado bien”, hablando de la servidumbre. He visto otras formas de racismo, el cultural, que sentí en Francia, donde a universitarios franceses les parecía imposible, inconcebible, que un joven boliviano como era yo pudiese discutirles sobre literatura francesa. Es común. Hasta el más ignorante reaccionará así cuando siente que el extraño sabe más sobre sí que él mismo. Más agudo entre personas que pertenecen a países que han sido dominadores, colonialistas. Ahí hay algo que detesto, y que percibí entre los voluntarios oenegistas europeos en Bolivia, con retórica descarada de revolución y cambio e insoportable paternalismo atávico. En Diario secreto resurge aquello del abuso y racismo en contra de los grupos indígenas de un país que podría ser Bolivia. El escaso o nulo valor que un “indio” puede tener. El antihéroe sin nombre de la novela, a ratos, tiene actitudes que podríamos calificar de quijotescas. Entonces un desarraigado, un inconforme, puede mostrar su indignación de la manera en que lo hace él. Allí ya no hablaríamos de enfermedad, como en el caso Sade. ¿Es una pregunta que tal vez se propone?

— Pienso en la niñez cruel del protagonista, en sus experimentos con el dolor físico, con la sangre y el sexo. En determinado momento parece que el adulto que narra es un adulto que no terminó de crecer, que en el fondo continúa siendo un niño, un niño cruel. ¿Qué lugar ocupan el bien y el mal en Diario secreto?

— El bien y el mal son vistos de distintas maneras en distintas sociedades. No podemos dar una definición que sea válida para todos. Los patriarcas hebreos fueron en eso inteligentes y conjugaron una tabla de diez cosas que podrían ser universales. Fuera de esas dos, diez, veinte, la cosa se difumina y caemos en las características propias de cada sociedad. En la sociedad occidental, a la que pertenecemos a pesar de las manifestaciones tardías de ideas ancestrales ya muy viciadas por la historia, los actos de mi personaje no concuerdan con la norma, y eso lo descalifica como una persona normal y buena. De pronto salimos con la premisa de que los niños son buenos por naturaleza y tenemos a éste que liquida bichos vivientes, asunto común a decir verdad entre pequeños, y que, viéndolo bien, ya adulto, parece como bien dices no haber crecido y continúa habitando un mundo infantil y cruel. Entonces ¿si sigue siendo niño permanece bueno, o cuáles son los parámetros con que medimos las cosas?

— Olinda es un personaje importante. El narrador carente de nombre se identifica permanentemente con ella, es como una puerta abierta entre el mundo suyo y ¿cómo decirlo?— el nuestro, el de las personas comunes y corrientes. Imagina que estás en un café. ¿De qué hablaría Claudio Ferrufino-Coqueugnoit  con Olinda?

— Le preguntaría seguramente qué es lo que la hace querer a este hombre, de quien bien sabemos que aparenta ser un paranoico, un esquizofrénico, orate, vicioso, mal- entretenido, delincuencial, abusivo, racista… y tal vez un soñador

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