viernes, octubre 31, 2014

Acerca de Los mejores cuentos de Bolivia, una investigación de César Verduguez.


El cuento en bandeja de oro

Acerca de Los mejores cuentos de Bolivia, una investigación de César Verduguez.



jueves, 14 de agosto de 2014



Martín Zelaya Sánchez

Este valioso libro -una indudable fuente de referencia- consigna un total de 47 cuentos de autores de diversa época, estilo y tradición”.

Nota de apertura

Es muy común la afirmación de que Bolivia es un país de poetas, en el que se escribe más cuento y se lee/consume más novela.
No parece difícil confirmar que, como en casi todo el mundo, la novela es el género más apetecido por editores, libreros y lectores; y tampoco suena polémico afirmar que algunos de los más reconocidos escritores bolivianos de la historia fueron y son poetas: Ricardo Jaimes Freyre, Franz Tamayo, Jaime Saenz y Eduardo Mitre, por sólo mencionar a algunos.
Ahora bien, ¿es el cuento más recurrente que la novela o la poesía, quitando al ensayo: político, histórico, social, antropológico que, a todas luces, sale ganando? Hay elementos que llevan a, por lo menos arriesgar, que sí, que en Bolivia se escribe más cuento que novela y poesía, lo que, valga reiterarlo, no implica que se publique más.
Estos elementos son: la cantidad de participantes promedio en el Premio Franz Tamayo, que en los últimos 10 años estuvo por encima de los 70 por año, por ejemplo, los datos emanados del trabajo Literatura y democracia, elaborado por un equipo de la carrera de literatura encabezado por Omar Rocha y Cleverth Cárdenas, pero el dato más contundente viene de una investigación del escritor César Verduguez.
En el último fin de semana de la Feria del Libro de La Paz, el autor presentó Los mejores cuentos de Bolivia, un complejo trabajo de recopilación, una antología de antologías en la que, tras consultar nada menos que 193 fuentes, logró armar una especie de canon del cuento boliviano… pero no a su gusto o capricho, como ocurre con la mayoría de las antologías, sino con un sistema netamente objetivo: contabilizar las apariciones en estudios y compilaciones, impresas y virtuales, nacionales y del exterior.
Los resultados: 1) algo que ya es casi unánime: El pozo de Augusto Céspedes, si no es el mejor cuento escrito por un boliviano, al menos sí, indiscutiblemente, es el más conocido, valorado y citado (24 menciones).
2) Detrás, en el "top 10”, aparecen Quilco en la raya del horizonte, de Porfirio Díaz Machicao (19 menciones); La Miskysimi, de Adolfo Costa du Rels (15); La emboscada, de Adolfo Cáceres Romero (14); El cañón de punta grande, de Néstor Taboada Terán (12); Don Quijote en la ciudad de La Paz, de Francisco Bedregal (11); El gallo cochinchino, de Man Césped (11); En las montañas, de Ricardo Jaimes Freyre (11); Tempestad en la cordillera, de Wálter Guevara (11) y Hay un grito en tu silencio, de César Verduguez (11).
Los mejores cuentos de Bolivia. Antología de antologías II. (Kipus, 2014), es un trabajo de indudable valía, que viene a completar otras dos publicaciones anteriores del autor: Antología de antologías y Los 10 mejores cuentos de Bolivia.
Y 3) Como siempre, quedan algunas interrogantes: ¿será que a mayor mención, mejor calidad? ¿Es decir, mientras más se repite una obra, es mejor? ¿Y qué de los relatos que no tuvieron la suerte de ingresar a compilaciones? ¿No será que algunos autores y sus piezas se sobrevaloran debido a que, por asuntos de distribución, promoción y hasta casualidad, estuvieron más al alcance que otros, a la hora de entrar en antologías?...
¿Por qué Óscar Cerruto no figura antes, y sólo aparece en el puesto 12 con su cuento El círculo, cuando la mayoría de escritores y académicos consideran a su libro Cerco de penumbras como un referente clave de la literatura nacional? ¿Y qué de autores como Maximiliano Barrientos, Rodrigo Hasbún o Liliana Colanzi, cuyas obras circulan regularmente y hace ya varios años en numerosos blogs, revistas y portales literarios de América Latina y España?
Verduguez explica algunos puntos de este su  proyecto.

- ¿Cómo fue el proceso de elaboración de esta antología?
- Toda antología tiene un proceso largo: buscar, leer, escoger de acuerdo a las preferencias literarias o la temática o los periodos impuestos. En el caso de este libro, he trabajado durante varios años, primero para reunir 115 obras de referencia entre selecciones de cuentos, estudios y páginas web, no sólo del país sino también del exterior, en español y en otras lenguas. Así armé la primera edición. Y para esta edición las obras de consulta llegaron a 193.

- ¿Cómo se puede afirmar que están los mejores cuentos… qué parámetros empleó para la selección y organización del libro?
- Los parámetros son simples, el cuento debe estar presente en seis o más selecciones de diferentes antologadores, o en su defecto, su autor debe tener 13 o más presencias en las fuentes consultadas.
El hecho de que cada cuento haya sido escogido para integrar numerosas antologías es una muestra inobjetable de su calidad, y a ellos se suma el que haya merecido ser traducido a varios idiomas. El libro se organizó, de manera descendente, según el número de apariciones de cada cuento en el conjunto de las 193 obras consultadas.

- ¿Cuáles son las características comunes del cuento boliviano, si es que las hay, y por consiguiente, hay un perfil tipo del cuentista boliviano?
- El cuento boliviano, conforme el paso del tiempo, ha tenido diversas características. De toda literatura se descuelga una variedad de temas que priman en su desarrollo, según las circunstancias geográficas, históricas que marcan la etapa de su creación.
En Bolivia podemos distinguir motivaciones temáticas que se mantuvieron por décadas: una, enfocada a los indios, a los cholos, a los mineros y los grandes acontecimientos político-sociales.
Pero ya desde hace algunos años todo ha cambiado, y ahora las vivencias muy personales, muy íntimas, lo que se llega a reconocer como el imaginario urbano, son las que caracterizan al cuento que se hace en el país.
Así, el perfil del cuentista nacional es variado. Como el cuento ya no tiene límites o hitos, tanto en estructura como en temática, tiene sus fronteras abiertas  Los escritores no se circunscriben a nada y actúan en total libertad; lo único que interesa es la calidad de la narrativa.

- ¿Qué autores destaca por encima de otros y por qué?
- Los tres primeros de la clasificación: Augusto Céspedes, Porfirio Díaz Machicao y Adolfo Costa du Rels, y también Adolfo Cáceres Romero, Néstor Taboada Terán y Óscar Cerruto, porque sus escritos muestran una calidad sobresaliente tanto en el desarrollo de los argumentos, como en la buena representación de los temas, y el buen uso del lenguaje.

- ¿Y de las nuevas generaciones?
- Los jóvenes están alcanzando niveles literarios muy elevados y muchos figuran en espacios internacionales con amplio reconocimiento. Los más sobresalientes son Edmundo Paz Soldán y Giovanna Rivero. Es importante mencionar que hay una eclosión formidable de escritores jóvenes que en un futuro cercano, estoy seguro, llevarán a la literatura boliviana a su mayor cumbre.

¿Algo más? Sí. Este valioso libro -una indudable fuente de referencia- consigna un total de 47 cuentos de autores de diversa época, estilo y tradición, como Fernando Diez de Medina, Adela Zamudio, Marcela Gutiérrez u Óscar Soria.
Hay "joyas” recuperadas, inhallables en su edición original, o tan siquiera en otras antologías o reimpresiones, como El occiso, de María Virginia Estenssoro.
Tiene fichas bio-bibliográficas de los autores antologados y un pequeño estudio introductorio en el que se especifica, caso por caso, los méritos que hizo cada cuento para ser tomado en cuenta; por ejemplo: el ganador indiscutible, El pozo, tiene 24 menciones entre las 193 fuentes consultadas; su autor, Augusto Céspedes, tiene un total de 42 menciones; su nombre y/o sus obras aparecen en 28 textos en inglés, 45 en alemán  y 93 en noruego.
Un libro altamente recomendable, más allá de que, como advierte el autor, seguramente no son todos los que están, ni están todos los que son.


domingo, octubre 26, 2014

Rodrigo Urquiola Flores gana concurso de novela Quiroga Santa Cruz



Opinión  / Cochabamba


El escritor paceño Rodrigo Urquiola Flores ganó el VIII Concurso Plurinacional de Novela "Marcelo Quiroga Santa Cruz”, organizado por la Oficialía Superior de Culturas de la Alcaldía de Cercado (Cochabamba).
Urquiola se llevó el premio único del certamen por la novela "El sonido de la muralla", que será publicada por la editorial Kipus y por la que el autor recibirá un incentivo económico de 30.000 bolivianos.
El anuncio de este y otros galardones literarios organizados por el municipio fue realizado el miércoles, en conferencia de prensa, por la Oficialía Superior de Cultura de Cochabamba y la editorial Kipus.
El jurado del premio de novela, integrado por Rosario Quiroga, César Verduguez y Gonzalo Montero, valoró, en su dictamen, que "cautiva en la obra (de Urquiola) el manejo metafórico, rico en figuras literarias introduciendo al lector en un mundo onírico”. Entretanto, el premio único del VIII Concurso Plurinacional de Cuento "Adela Zamudio” se lo llevó Yerko Xaman Ek Escobar Arancibia, por el relato El mártir

sábado, octubre 25, 2014

GONZALO LEMA GANA PREMIO INTERNACIONAL DE NOVELA KIPUS CON OBRA LLAMADA "SIEMPRE FUIMOS FAMILIA"



POR ADHEMAR MANJÓN -

  Una historia de familia, de encuentros y desencuentros fue la ganadora de la primera versión del Premio Internacional de Novela Kipus; el autor fue el cochabambino Gonzalo Lema, que de esta manera, con su obra Siempre fuimos familia, obtuvo $us 20.000, monto estipulado desde que fue lanzada la convocatoria, en septiembre del año pasado, y que convirtió a este concurso, organizado por el Grupo Editorial Kipus, en el mejor pagado de Bolivia.  El jurado, conformado por el periodista paceño Rubén Vargas Portugal, el ensayista y escritor cochabambino Luis Huáscar ‘Cachín’ Antezana y el escritor español Miguel Sánchez Ortiz, escogió de manera unánime la novela de Lema, que se presentó bajo el seudónimo de Perro Amarillo. Origen de la novela Lema, en contacto telefónico desde Cochabamba, dijo estar feliz con la obtención del premio, ya que es una recompensa al enorme trabajo que significa escribir una novela, la cual contiene retazos de su vida.    Siempre fuimos familia surgió en 1986, a partir de entonces el autor fue escribiendo y nutriéndose de diferentes temas para desarrollarla. “Tengo historias dentro de la novela que me han tomado más de 10 años. Por ejemplo, el capítulo de la visita de la mamá debe tener como siete años”, explicó Lema, que ya había ganado en 1999 el Premio Nacional Alfaguara de Novela, con La vida me duele sin vos. Lema indicó que los pasajes en su libro iban cambiando cada vez que había reuniones familiares y tenía charlas con algunos parientes, por lo que le sería difícil para él precisar el tiempo que le tomó completarla. Aunque una vez tenía claro los temas tardó un año y medio en escribirla.  La familia como apoyo Siempre fuimos familia, en palabras de Lema, atiende las historias personales de los cinco miembros de una parentela, que se caracterizan por sus excentricidades, por su acomodo en la vida. “Yo atiendo cada una de estas vidas de manera cruzada, las entrelazo”, señaló Lema.  La novela, a pesar de ser muy extensa, tiene una trama que se desarrolla en solo dos semanas y, si bien se contextualiza en Cochabamba, sus protagonistas tienen contacto con el principado de Mónaco, donde se vinculan con el matrimonio de la princesa Carolina; asimismo, aborda la dura época del narcotráfico boliviano en la época de los 80. “Cuento las historias personales de gente bastante infeliz y desdichada,y que -sin embargo- encuentran que la familia, al final de todas las batallas, es el aliciente, el soporte para vivir esas vidas”, concluyó Lema. La entrega del premio y la publicación de Siempre fuimos familia se realizará la primera semana de noviembre, en el marco de la feria del libro de Cochabamba.  A la competición internacional se presentaron 41 novelas, provenientes de 14 países de Sudamérica

jueves, octubre 23, 2014

El oficio de buscarte, de Yocelynn Olmos Ortiz


Alma Santibáñez, personaje principal de El oficio de buscarte, inicia una búsqueda que emprende teniendo en cuenta que solo es una mujer española que ve el mundo de una manera tragica y oscura  tras la repentina desaparición de su padre en La Paz.
En la búsqueda Alma, casi sin querer, hace una revisión de su propia vida, de los rechazos, de los esfuerzos de su madre, de sus inseguridades banales de adolescencia, de las locuras que nadie entiende, de sus grandes miedos, de sus pequeños traumas infantiles, pero también, de aquellos mea culpa que tienen las personas que alguna vez perdieron a alguien.
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