lunes, febrero 06, 2017

Edmundo Paz Soldán: “La religión es una forma aceptada de eludir la razón”





Por Adhemar Manjón




Edmundo Paz Soldán tiene una nueva novela para este año, Los días de la peste, que saldrá además con su nueva editorial, Malpaso, de España. Esta noche, en el snack Tía Ñola, hablará de cómo fue el origen y desarrollo de este libro, que transcurre en una cárcel y donde la religión tiene un papel fundamental. Lo acompañará en este diálogo el escritor cruceño Maximiliano Barrientos.

_ Los días de la peste transcurre en una cárcel. ¿Cuál es el origen de esta novela? ¿Algún caso en particular?
Quería escribir una novela de ciencia ficción ambientada en una cárcel, una precuela de Iris. Leí Marching Powder, una crónica de un prisionero inglés que estuvo varios años en la cárcel de San Pedro, y me encantó la atmósfera y decidí que mi cárcel, La Casona, estaría basada en la de San Pedro, y que sería más bien una novela realista. Fue la primera vez que el lugar se impuso sobre la historia.

_ Se menciona que la religión tendrá un papel importante en la novela. Los delirios místicos y religiosos están muy presentes en tus últimas obras ¿Qué es lo que te interesa de este aspecto? 
Me interesa conectarme con lo visceral de un personaje, lo que pasa por sus emociones más que por su razón. La religión es una forma aceptada de eludir la razón. Pero incluso ahí se la intenta codificar, y por eso me interesan las religiones populares, los delirios místicos, todo aquello que desafía a lo oficial. Por otro lado, es otra manera de seguir hablando de política y violencia. No se puede entender lo que ocurre hoy en el mundo sin intentar entender por qué hay tanta gente dispuesta a morir por defender una fe, unas creencias.  

_ Tu último trabajo publicado ambientado en Bolivia fue Palacio quemado (2006), después vinieron cuatro que se alejaban de este país: Los vivos y los muertos (2009) y Norte (2011) transcurren en Estados Unidos; e Iris (2013) y Las visiones (2016), incluso en otro planeta. ¿Qué te hizo retornar a Bolivia para contar algo?
Bueno, en ningún momento se menciona Bolivia en la novela, pero los contornos supongo que son reconocibles. Volví por la atmósfera: había escrito escenas desarrolladas en una cárcel gringa en Norte, y cuando quise volver a hacerlo ahora descubrí que no me llamaban la atención. Necesitaba algo más original, y una cárcel como la de San Pedro me dio ese impulso.
_ ¿Considerás que te es más fácil encontrar una historia hoy, que cuando estabas iniciando tu carrera de escritor?
Para nada. Son épocas. Cuando estaba escribiendo Las visiones me venían muy seguido ideas para cuentos, pero terminé el libro hace dos años y desde entonces que no se me ocurre nada y no he podido volver a escribir cuentos. Lo bueno es que cuando tengo una idea para una novela sé que me va a durar un buen tiempo.

_ ¿Qué proyecto importante tenés para este año, aparte de la publicación de tu nueva novela?
Estoy de coordinador de la Central de Escritura, un proyecto para dar talleres online que se inició en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y planea extenderse por todo el continente. Es una escuela con gran vocación internacional y con un excelente nivel de profesores. Habrá pronto talleres sobre literatura en Twitter, a cargo del mexicano Mauricio Montiel, y sobre escritura autobiográfica, a cargo del peruano Juan Manuel Robles. Entre los que dictarán talleres se encuentran Rodrigo Hasbún y Liliana Colanzi
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